Un correcto descanso, el ejercicio físico, una dieta sana, las relaciones sociales y las actividades intelectuales ayudan a mantener la neuroplasticidad positiva y aumentan la reserva cognitiva. Fomentar estos hábitos permite mejorar la memoria y retrasar los síntomas de enfermedades como la demencia.
“Diferentes estudios demuestran que, a mayor reserva cognitiva, mayor es la resiliencia a la demencia, lo que quiere decir que, a igual cantidad de daño cerebral y envejecimiento, las personas con mayor reserva cognitiva presentan un inicio más tardío de los síntomas de la enfermedad”, explica la especialista en Neurología Hospital Universitario Torrejón, la doctora Pilar Alcántara.
“Es altamente recomendable un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, rica en productos frescos y alimentos antioxidantes, y que elimine el consumo de tóxicos como el alcohol y el tabaco”
La neuropsicóloga del Hospital Ribera Polusa, María Novo, defiende la importancia de estos hábitos para prevenir patologías relacionadas con la salud mental en personas con edad avanzada. “Es altamente recomendable un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, rica en productos frescos y alimentos antioxidantes, y que elimine el consumo de tóxicos como el alcohol y el tabaco”, asegura, además de realizar ejercicio con regularidad y descansar adecuadamente.
“Es muy importante que, en la medida de lo posible, los pacientes mantengan sus rutinas y el contacto social y no abandonen actividades cotidianas, porque son altamente estimulantes desde el punto de vista cognitivo”, añade la neuropsicóloga, “sin olvidar la implicación esencial de la familia”.
La doctora Alcántara invita a mantener un equilibrio entre la rutina y la novedad. “Por un lado, tener consistencia con los hábitos y rutinas nos permite no perder las habilidades e información aprendida; pero por otro, resulta muy beneficioso incluir nuevas informaciones y habilidades para hacer nuevas conexiones y perspectivas y favorecer nuestra reserva cognitiva”. “Realmente las tareas que más estimulan al cerebro son aquellas que suponen algún tipo de desafío nuevo”, explica.
La terapeuta ocupacional del Hospital Ribera Povisa, Ana Rosa Núñez De Paula, afirma además que, “si la actividad física y los ejercicios de psicomotricidad son al aire libre y en un entorno saludable, es mucho mejor porque regula el estrés que tanto influye en la cognición”. Además, añade, es importante utilizar también “la memoria visual, la auditiva y otros sentidos, y para ello música, imágenes, olfato, el gusto y tacto son muy útiles”. La neuróloga del Hospital de Torrejón defiende que “está demostrado que recuerdas datos mucho mejor si van asociados a una experiencia completa, que si van aislados”.
EJERCICIO FÍSICO Y JUEGOS DE MEMORIA
La doctora Alcántara recuerda que los pasatiempos y sudokus mejoran la atención o la memoria, “pero son actividades lineales y de dominios muy concretos, con una escasa interconexión entre las diferentes áreas del cerebro”. Por eso recomienda preferiblemente actividades de estimulación compleja, como deporte. “Con el deporte activamos y conectamos múltiples áreas: la motora y de coordinación, la visuoespacial para calcular en el espacio, la ejecutiva para planificar los movimientos, la emocional y social según nuestro estado de ánimo y relación con el entorno, y el lenguaje para comunicarnos”, subraya.
“Se puede acudir a centros especializados en estimulación cognitiva, como los centros de día o las asociaciones, para realizar talleres en grupo que trabajen todas las áreas del cerebro, o utilizar algunas aplicaciones digitales como Neuronup, que pueden ser muy útil para trabajar desde casa”
La especialista del Hospital de Torrejón recuerda la importancia de tener una estimulación cognitiva óptima y fomentar la neuroplasticidad, introduciendo en las diferentes fases de la vida “actividades que gusten y estimulen, que impliquen socialización y pongan en marcha todo el cerebro”. Entre otras, la doctora Alcántara propone aprender un idioma, a tocar un instrumento, pintar, dibujar, jugar, cocinar, enseñar, bailar, cantar o un deporte, entre otras opciones.
“Se puede acudir a centros especializados en estimulación cognitiva, como los centros de día o las asociaciones, para realizar talleres en grupo que trabajen todas las áreas del cerebro, o utilizar algunas aplicaciones digitales como Neuronup, que pueden ser muy útil para trabajar desde casa”, asegura.
Sobre esta última opción, Novo, recomienda plataformas como Cognifit, programas de entrenamiento como NeuroNation o Fit Brains Trainer y otros juegos y aplicaciones como Lumosity o Elevate. Además, apunta: “Es necesario recordar que, aunque estos recursos son muy útiles y cómodos para el paciente, para trabajar la memoria y otras funciones cognitivas es necesario realizar una buena evaluación por un especialista”.