A principios de 2024, el Ministerio de Sanidad anunciaba su pretensión de incorporar las gafas y las lentillas a la Cartera Común de la salud visual. Cinco meses después, este paso está más cerca de convertirse en una realidad después de que Mónica García haya confirmado que a partir de 2025 lentes y lentillas formarán parte de la cartera de servicios de la Seguridad Social.
"Creo que esto es una cosa en la que estamos de acuerdo desde el punto de vista social y desde el punto de vista político", declaraba García el pasado lunes, "porque no puede ser que en el Sistema Nacional de Salud no esté incluida la salud bucodental ni la salud visual. Así que vamos a trabajar firmemente para que sea una realidad en el 2025". Unas palabras a las que añadía que debido a esta falta de servicio, "los más vulnerables y las personas que no tienen acceso ven mermadas sus capacidades de tener una mejor salud visual",
Además, tras la reunión del Consejo de Ministros la titular de Sanidad ha informado este mismo martes de que el Ministerio va a iniciar la reuniones con ópticos y optometristas para escuchar sus propuestas. No obstante, la gratuidad de las gafas y las lentillas se implantará de manera progresiva, priorizando a “los que más las necesitan y los que menos acceso tienen a ellas". Todavía no se ha dado más información sobre el importe de las cuantías o los grupos de población que resultarán beneficiados.
"No puede ser que en el Sistema Nacional de Salud no esté incluida la salud bucodental ni la salud visual"
García ya adelantó en la Comisión de Sanidad la necesidad de que el Sistema Nacional de Salud recogiera la financiación de las gafas y las lentillas en la Cartera Común, haciendo alusión al Libro Blanco de la Salud Visual 2023 y a algunos de los datos alarmantes que recoge dicho documento. En concreto, se estima que cerca de 30 millones de españoles necesitan equipamientos ópticos en su día a día, mientras que el 49,1% precisa de gafas o lentillas para ver correctamente de lejos. Asimismo, las gafas progresivas han aumentado su demanda considerablemente en los últimos años.
De este informe también se desprende que sólo el 32,6% de la población tiene sus gafas actualizadas, que únicamente el 25,4% utiliza unas gafas de sol graduadas o que el 59% de las familias no revisa la salud ocular de sus hijos porque no han manifestado quejas. Además, uno de cada tres menores podría tener un problema de visión no corregido.
Respecto a los problemas visuales, la miopía se conoce como “la pandemia del siglo XXI”, ya que su incidencia no deja de aumentar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050 el 52% de la población será miope, presentando una alta incidencia entre las nuevas generaciones. En España, el 55,3% de los jóvenes de 18 a 34 años ya sufre miopía, mientras que se observa que la graduación aumenta considerablemente entre los más pequeños: los expertos estiman que muchos nativos digitales superarán las tasas de riesgo, es decir, las 5 dioptrías de miopía.
Cerca de 30 millones de españoles necesitan equipamientos ópticos en su día a día
La miopía es una de las enfermedades oculares más comunes, consistente en un error en la refracción por la que los objetos lejanos se ven borrosos. Los principales síntomas incluyen, además, fatiga visual, dolor de cabeza y el forzar la vista o la posición para observar objetos. La miopía es progresiva y empeora con el paso del tiempo si no se actúa sobre ella con lentes y lentillas, especialmente si se pasa un amplio número de horas al día en espacios cerrados, con escasa iluminación o que impliquen actividades de visión de cerca.
El caso opuesto es la hipermetropía, un error del enfoque visual provocado por otro problema en la refracción que aparece cuando la luz se enfoca detrás de la retina. De esta manera, los objetos cercanos se ven borrosos, aunque con la edad, es habitual que los objetos lejanos también pasen a verse mal. Este defecto del ojo afecta al 30% de los españoles y su incidencia es bastante notable entre los niños pequeños, pues se estima que el 70% de los recién nacidos padece hipermetropía. A menudo el problema se corrige por sí solo con los años y cuando no ocurre, con el uso adecuado de gafas y lentillas también es posible controlarlo.
Otro de los problemas oculares habituales es el astigmatismo, una imperfección de la curvatura de la córnea o del cristalino que ocasiona visión borrosa o distorsionada. La necesidad de entrecerrar los ojos para mejorar la visión, el dolor de cabeza, la fatiga ocular o los problemas de visión en horario nocturno son síntomas de astigmatismo, una enfermedad cuyo tratamiento indicado es el uso de gafas graduadas acorde a las necesidades del paciente. En España se estima que afecta al 25% de la población, posicionándose como el tercer problema ocular más frecuente.