Si se pusiera en marcha una gestión sanitaria basada en valor dentro del Sistema Nacional de Salud, este mejoraría su eficiencia en un 40%.
Así lo manifestó Marta Moreno, vicepresidenta de la Fundación AstraZeneca y directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España, durante la Jornada ''Aportando valor a la gestión sanitaria'' que se ha celebrado por la clausura del Seminario sobre ''Gestión sanitaria basada en valor'' celebrada con Deusto Business School Health y en la que participaron importantes autoridades como Carmen Vela, exsecretaria de estado de Investigación, Desarrollo e Innovación y patrono de la Fundación AstraZeneca. El objetivo de esta jornada era crear un espacio de debate, en particular entre los decisores políticos, para promover la implantación de este modelo en la sanidad española.
''Se estima que hay un margen de mejora de eficiencia del 40% si todas las organizaciones alcanzasen su nivel máximo. Hablar de ahorro no es realista, pero maximizar los resultados y la calidad de los servicios con el nivel de gasto actual sí que es posible'', apuntó la vicepresidenta de la Fundación AstraZeneca. ''Los principales beneficiarios de este tipo de gestión sanitaria son los pacientes, ya que se tienen en cuenta los resultados que realmente les importan como la funcionalidad y la calidad de vida, no los meros marcadores clínicos'', añadió.
¿Cuáles serían los principales beneficios de esta gestión sanitaria basada en valor? En primer lugar, la optimización del uso de recursos, ya que incentiva a los servicios de salud a adoptar un enfoque de la atención proactiva, preventiva e integrada. Reduciría los errores médicos, ya que logra diagnósticos más precisos, prescripciones médicas personalizadas y una prevención y monitorización personalizada de las enfermedades, mejorando la experiencia de los pacientes gracias también al uso de una tecnología puntera.
Se estima que hay un margen de mejora de eficiencia del 40% si todas las organizaciones alcanzasen su nivel máximo
Asimismo, Roberto Nuño, de Deusto Business School, explicó que el paradigma de la sanidad basada en valor no es neutral, no se trata solo de medir resultados y costes de una forma estandarizada y comparable. Va mucho más allá, implica un nuevo protagonismo y participación del paciente y, sobre todo, establece unas nuevas reglas del juego en la que todos los agentes del sector pueden ganar, pero para ello hay que romper muchos silos, inercias y prácticas ineficientes.
Integrar el concepto de gestión y atención sanitaria basada en valor es clave para atender las demandas de los pacientes, profesionales de la salud y de la sociedad en general. Por ello, cada vez más, organizaciones y servicios de salud apuestan por este modelo de gestión.
''Desde la Fundación AstraZeneca apostamos por la excelencia de nuestro Sistema Nacional de Salud. El objetivo es conseguir un sistema de salud sostenible, de calidad y eficiente'', explicó Moreno. Un ejemplo de ello es el valor de los medicamentos. Los fármacos salvan vidas, alivian el dolor y el sufrimiento físico y psíquico de los pacientes, posibilitan el desarrollo humano y la integración social de las personas.
''El valor que aportan los medicamentos en la vida real es un concepto mucho más apropiado en la medida en que refleja la relación entre los resultados, tanto en términos de salud como de beneficios socioeconómicos, frente a sus costes. Existen métodos de evaluación farmacoeconómica bien asentados que dan una imagen más fiel de lo que aportan los medicamentos más allá de su precio, cuya fijación obedece a procesos complejos'', aseguró Moreno.
Por último, Nuño también recordó que, pese a la catástrofe que ha supuesto la pandemia y las debilidades que han aflorado en el sistema sanitario, la realidad es que el valor del Sistema Nacional de Salud ha quedado de manifiesto en términos de equidad y resiliencia frente a una crisis de esta magnitud. Asimismo, se ha visto la importancia de la buena gestión y planificación en sanidad. La gestión importa. Y la buena gestión está asociada a mejores resultados. Para conseguir esa buena gestión hay que atraer y desarrollar el talento, profesionalizar los puestos directivos y promover el aprendizaje organizativo. En un contexto de urgente relevo generacional en la gestión sanitaria no puede perderse esta oportunidad.