Durante los meses de embarazo, las futuras madres no sólo experimentan cambios a nivel físico, sino también a nivel emocional, tanto fuera como dentro. Precisamente, todas las preocupaciones, tensiones o estrés acumulado se transmiten al bebé. Por eso es tan importante seguir cuidándose durante el embarazo y mantener el cuerpo y la mente sanos y fuertes, y en este sentido la práctica de Yoga puede llegar a jugar un papel fundamental.
El Hospital Universitario General de Villalba ha organizado recientemente un taller de yoga dirigido a mujeres gestantes para concienciar sobre la importancia de mantenerse activas durante este período, en el que toman mayor relevancia los hábitos de vida saludables de la futura madre para su bienestar y el del bebé, motivo por el cual, además de la alimentación, la actividad física es fundamental para su cuidado.
“Durante estos meses, el cuerpo experimenta continuos cambios físicos y psicológicos, y la práctica de yoga, de manera moderada y adaptada en cada caso, tiene grandes beneficios que ayudan a mitigar o mejorar las condiciones físicas y mentales de la embarazada”, señala Marta Vaquero, técnico de Enfermería en el centro villalbino y coordinadora de la actividad formativa.
"Grandes beneficios que ayudan a mitigar o mejorar las condiciones físicas y mentales de la embarazada”
En relación con la frecuencia y duración con la que practicar esta actividad, ambos parámetros dependen de la condición física de la mujer, aunque por lo general se aconseja realizarla dos o tres veces por semana, añade la experta, quien advierte que “no se recomienda practicar antes de la semana 12 de gestación si no se ha realizado antes este tipo de ejercicio o no se ha practicado deporte de forma habitual antes del embarazo”.
Con esta iniciativa “queremos ayudar a las mujeres embarazadas a que encuentren el equilibrio entre cuerpo y mente mediante la escucha de su cuerpo y la conexión con el bebé, que aprendan a fluir con sus movimientos de cara al parto, que compartan su momento vital con otras participantes y, sobre todo, que disfruten de esta experiencia y sean conscientes del momento presente”, asegura Vaquero.
"Realizarlo en grupo fomenta las relaciones sociales y mejora el ánimo”
Por ello, durante la sesión enseñó a las participantes a mejorar su respiración y proceso de relajación, así como las posturas más adecuadas en su caso con ciertas adaptaciones. Además, puso de relieve los numerosos beneficios de su práctica, como son la mejora de la postura corporal, la eliminación de tensiones y la prevención de dolores. “En general -explica- la práctica de yoga aumenta el tono muscular y fortalece las articulaciones para soportar el aumento de peso que se produce; permite un mayor control del suelo pélvico para facilitar el parto y disminuir el riesgo de desgarros, incontinencia o prolapsos vaginales; y reduce el estrés y la ansiedad. A su vez, realizarlo en grupo fomenta las relaciones sociales y mejora el ánimo”.
Por otro lado, después del nacimiento del bebé, el yoga también ayuda notablemente en la recuperación del cuerpo durante el postparto en un menor tiempo: “Retomar esta actividad a partir de la quinta o sexta semana, en caso de que no haya contraindicación médica, ayuda a tonificar de nuevo los músculos y recuperar más pronto la pared abdominal, fortaleciendo la musculatura perianal, reduciendo el estrés y favoreciendo la pérdida de peso”, concluye Vaquero.