El síndrome antifosfolípido obstétrico (SAFO) es una enfermedad autoinmune sistémica que puede causar abortos de repetición tempranos y otras complicaciones gestacionales debido a los mecanismos trombóticos e inflamatorios que desencadena, y en torno a la cual, a día de hoy, siguen dándose situaciones controvertidas en las que no existe consenso en cuanto a su manejo y seguimiento.
Por ello, en la Fundación Jiménez Díaz se ha celebrado recientemente el II Curso para residentes de Hematología sobre “Actualización en el manejo del Síndrome Antifosfolípido Obstétrico”, un encuentro en el que los expertos han tratado los aspectos prácticos que encuentran día a día en las consultas de hemostasia.
Uno de los aspectos importantes es como tratar a mujeres que no cumplan criterios clasificatorios de SAFO
Según explica la Dra. Pilar Llamas, jefa del Servicio de Hematología del hospital madrileño, ‘’la hemostasia es un pilar fundamental de la especialidad de Hematología y Hemoterapia”.
EL MANEJO DEL SÍNDROME ANTIFOSFOLÍPIDO OBSTÉTRICO
Además de causar abortos de repetición tempranos, antes de la décima semana del embarazo, el SAFO presenta otras manifestaciones clínicas, como las muertes de fetos morfológicamente normales más allá de dicha semana o los partos prematuros antes de la semana 34 de neonatos morfológicamente normales.
La Dra. Rosa Vidal, especialista del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz, indica que “quizás el aspecto más controvertido en cuanto a su manejo es cómo tratar a aquellas mujeres que no cumplen criterios clasificatorios de SAFO, pero sí presentan morbilidad obstétrica y/o anticuerpos propios de esta entidad”.
En este sentido, cuando no cumplen criterios diagnósticos estrictos, pero sí cuentan con criterios de laboratorio y morbilidad obstétrica, las pacientes probablemente se pueden beneficiar del tratamiento convencional del SAFO sin esperar a que se presente más morbilidad obstétrica.
Además, un aspecto novedoso en pacientes con SAFO refractario, manifestaciones clínicas a pesar de un tratamiento adecuado, es que cada vez se va teniendo más evidencia sobre el beneficio de añadir al tratamiento convencional fármacos con propiedades antiinflamatoriase inmunorreguladoras, aumentando así el número de recién nacidos vivos en este subgrupo de pacientes.
UN PROFUNDO DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
Estratificar bien el perfil de riesgo de estas mujeres teniendo en cuenta el tipo, número y título de anticuerpos antifosfolípidos (AFL) y la presencia de otros factores de riesgo adicionales. La Dra. María José Martínez, del Servicio de Inmunología del hospital indica que “es un aspecto fundamental que nos va a ayudar a la hora de manejar adecuadamente a estas pacientes”.
Sin embargo, a pesar de las diversas estrategias de estandarización, en el diagnóstico de laboratorio se da una variabilidad interensayo. “Esta falta de estandarización implica que se puedan obtener resultados variables para un mismo parámetro en diferentes laboratorios”, añade la Dra. María José Martínez. Por este motivo, es muy importante realizar un diagnóstico muy preciso en las mujeres con morbilidad obstétrica que determine el AFL mediante varias técnicas diferentes en caso de alta sospecha.