Los docentes tienen como instrumento principal de su trabajo la voz, la cual se ve afectada directamente debido a la situación de pandemia, ya que, “aunque las mascarillas han evitado muchos catarros y laringitis, lo que ha supuesto una disminución de las visitas de los profesores a las consultas de Otorrinolaringología, su uso ha incrementado, a cambio, las sobrecargas vocales y, por tanto, las consultas a logopedas y técnicos de rehabilitación vocal”, explica el doctor Jaime Sanabria Brassart, otorrinolaringólogo de la Fundación Jiménez Díaz.
Los servicios de Otorrinolaringología y Rehabilitación del hospital madrileño celebraron a través de la plataforma YouTube el II taller de promoción de la salud vocal para el profesorado, con el objetivo de ayudar a los docentes que sufren de este tipo de problemas.
Recomiendan adaptar la voz de manera que sea más eficiente pero con un menor esfuerzo y así evitar la afonía del profesional. “La voz proyectada o impostada debe tener un volumen adecuado para que los oyentes puedan escucharla. Y para conseguir ese volumen sin repercutir en esfuerzo o tensión en las cuerdas vocales es necesario utilizar una postura de hombros, cuello y espalda adecuada, un patrón respiratorio diafragmático o costodiafragmático, así como usar correctamente los órganos articuladores del habla (labios, lengua, mandíbula...)”, comenta la doctora Ana Nasarre Álvaro Gracia, especialista del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz.
"Hay que hidratarse a lo largo del día bebiendo aproximadamente 2 litros de agua, realizar reposo vocal durante la jornada y tratar de no gritar, susurrar o carraspear”
Existen muchos tipos de ejercicios para mejorar este aspecto, pero lo ideal según la logopeda Cristina Vivanco es “llegar a automatizarlos de tal forma que al hablar, los realicemos sin darnos cuenta. Podemos hacer los ejercicios mientras preparamos el desayuno, hacemos la cama, nos duchamos (el vapor de agua ayuda a mantener hidratada la laringe), en el trayecto al trabajo si vamos en coche, antes de que entren los alumnos a clase...”.
Uno de los puntos que resalta la logopeda como muy negativos es el tabaco, ya que las sustancias tóxicas del humo son irritantes de la mucosa que recubre las cuerdas vocales. “Además, hay que hidratarse a lo largo del día bebiendo aproximadamente 2 litros de agua, realizar reposo vocal durante la jornada y tratar de no gritar, susurrar o carraspear”, señala.
Por otro lado, la doctora Nasarre recuerda que el carraspeo no es lo mismo que la tos y causa muchos problemas en las cuerdas vocales.
La situación ideal para un desarrollo óptimo del trabajo de un profesor sería una clase con una temperatura media de 22°C, un ruido ambiental reducido y entre un 40% y un 60% de humedad.
“Hay que tener en cuenta que el uso de la voz depende del comportamiento de los alumnos; y a esto se suma que ahora, con la Covid-19, las ventanas deben estar abiertas durante las horas lectivas”, concluye Aitor Belandia.