El retrasplante renal, la mejor opción terapéutica para pacientes mayores de 65 años

Un estudio confirma que la fragilidad en el paciente trasplantado de riñón conlleva peor pronóstico y calidad de vida, pero mejora con el trasplante en 7 de cada 10 casos

La fragilidad en el paciente trasplantado de riñón conlleva peor calidad de vida  (Foto: Freepik)
La fragilidad en el paciente trasplantado de riñón conlleva peor calidad de vida (Foto: Freepik)
Cristina Garay
27 junio 2024 | 14:10 h
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La fragilidad es un estado clínico asociado a la edad que implica una disminución de la reserva fisiológica y de la función en múltiples órganos y sistemas, lo que confiere una disminución en la capacidad para hacer frente a factores estresantes crónicos o agudos, y una mayor vulnerabilidad ante los mismos.

En el paciente trasplantado de riñón, la literatura científica ha descrito que conlleva un síndrome inflamatorio que produce envejecimiento celular y vascular del injerto renal, con riesgo de función retrasada del injerto renal, reingreso hospitalario y disminución de la supervivencia del receptor. De ahí la necesidad de conocer de forma más exacta el impacto de la fragilidad en los resultados del trasplante renal.

Un estudio realizado en el Hospital Regional Universitario de Málaga entre 65 pacientes candidatos a un trasplante renal incluidos en lista de espera entre octubre de 2019 y octubre de 2021, y presentado recientemente en el 8º Congreso Nacional de la SET en Bilbao, ha aportado nuevos datos al respecto.

La fragilidad es un estado clínico asociado a la edad que implica una disminución de la reserva fisiológica y de la función en múltiples órganos y sistemas

En una muestra con una edad media de 58 años, 70% de hombres, un 61% de receptores con cierto grado de fragilidad y un 22,5% con un grado alto, el estudio no encontró diferencias significativas en cuanto a parámetros analíticos de inflamación, ni observó mayor riesgo de función retrasada del injerto, ni rechazo agudo, aunque sí una supervivencia global del injerto disminuida en pacientes con un algún grado de fragilidad.

A partir del análisis de los datos, los autores concluyen que “la fragilidad frecuente entre los pacientes que van a recibir un trasplante renal conlleva un mayor porcentaje de reingreso a los 90 días, peor calidad de vida y mayor dependencia”, siendo “un factor de riesgo para mortalidad y pérdida del injerto”. Sin embargo, del mismo modo, subraya que el 67% de los pacientes frágiles mejoran ese estatus tras el trasplante renal. Dicho de otra forma, mejoran sus indicadores de fragilidad (evaluados por la escala FRAIL) tras recibir el trasplante de riñón.

Por otro lado, un segundo estudio, desarrollado en el Hospital Universitario Dr. Peset, de Valencia, y centrado en pacientes mayores de 65 años, acaba de concluir que el retrasplante renal es la mejor opción terapéutica para pacientes de esa edad a los que les empieza a fallar el injerto renal. Según esta investigación, también presentada en el Congreso de la SET en Bilbao, sobre una muestra de 259 pacientes, el retrasplante en pacientes de estas edades presenta resultados evolutivos y de supervivencia comparables a las de primeros trasplantes en pacientes de similares características.

El 8º Congreso de la Sociedad Española de Trasplante reunió a más de 400 expertos para compartir todos los avances clínicos y tecnológicos sobre los trasplantes en España

Concretamente, el trasplante anticipado (antes de entrar en diálisis) entre los pacientes retrasplantados resultó similar al de los pacientes trasplantados por primera vez. La dosis de globulinas utilizadas en inducción fue superior en los retrasplantados sin diferencias en infecciones o neoplasias durante el seguimiento. La función renal fue también similar, excepto en el primer mes en que la creatinina sérica fue menor en los retransplantados. Finalmente, la supervivencia al año y a los 3 años de injerto y paciente fueron similares en ambos grupos.

Unos datos que llevan a los autores a concluir que se debe valorar de forma precoz el retrasplante en pacientes mayores con un injerto renal que empieza a fallar, considerándolo la mejor opción terapéutica, preferible a la entrada en diálisis, pues aportaría beneficios, tanto al paciente por sus resultados clínicos, como al sistema sanitario por sus costes menores.

El 8º Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET) reunió a más de 400 expertos para compartir todos los avances clínicos y tecnológicos sobre los trasplantes en España y reflexionar sobre los logros y mejoras necesarias para seguir mejorando la supervivencia y calidad de vida de los pacientes.

Se trataron temas como la IA aplicada al trasplante o los problemas actuales y futuros en el trasplante de órganos sólidos

En él se trataron los temas más vigentes y de actualidad de este ámbito sanitario, como la inteligencia artificial aplicada al trasplante, los problemas actuales y futuros en el trasplante de órganos sólidos, los efectos adversos y búsqueda de nuevos biomarcadores o las últimas innovaciones en el campo de los trasplantes de páncreas.

A lo largo de las sesiones plenarias, mesas redondas y otras sesiones se abordaron también aspectos como el trasplante tras la donación tras parada cardiorrespiratoria, el adecuado manejo de los problemas cardiológicos y renales en pacientes con trasplante renal o cardíaco, las actualizaciones en el manejo de los pacientes sensibilizados o las herramientas actuales para detectar y tratar la respuesta inmune contra el injerto, así como las novedades en la detección de la adherencia al tratamiento inmunosupresor, el manejo de las infecciones, la optimización en la distribución de órganos o las novedades en el trasplante cardíaco y pulmonar. Asimismo, se habló de la apuesta de futuro que supone la investigación médica y el enorme rédito que esto supone para el beneficio de la sociedad en general y en el mundo del trasplante en particular.

Entre los ponentes destacados participantes hay que subrayar a la Dra. Beatriz Domínguez- Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), el Dr. Julio Mayol, jefe de la Sección de Cirugía del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, o el Dr. Robert Montgomery, jefe del Departamento de Cirugía y director del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York, uno de los mayores expertos en trasplante renal a nivel mundial y paciente trasplantado de corazón (de una persona infectada por hepatitis C). Además, en la reunión se presentaron 230 comunicaciones científicas de estudios e investigaciones sobre trasplante realizados en España en el último año.

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