La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha reforzado una de las máximas sobre las que se sustenta la salud pública: la importancia de la vacunación. La comunidad científica ha conseguido desarrollar en tiempo récord varios sueros que han demostrado su eficacia y seguridad a través de ensayos clínicos que han contado con la participación de decenas de miles de voluntarios en todo el mundo.
España se erige a nivel global como uno de los países pioneros en el avance de su Estrategia Nacional de Vacunación contra la Covid-19, hito que debemos celebrar, pero que debe servir además para poner el foco en un problema al que nuestra sociedad se enfrenta desde hace años y que parece condenado al ostracismo de la atención tanto social como administrativa: el calendario vacunal nacional.
La vacunación es la principal herramienta que tenemos en nuestras manos para hacer frente a las enfermedades prevenibles por vacunación. Cierto es que en nuestro país el calendario vacunal infantil goza de conocimiento y elevada absorción por parte de la población, pero su presencia en nuestras vidas disminuye a medida que aumenta nuestra edad.
Un problema que se agrava ante una sociedad cada vez más envejecida como consecuencia del aumento de la esperanza de vida y con mayor prevalencia de enfermedades crónicas. Las enfermedades prevenibles por vacunación suponen una gran carga en las personas mayores y es necesario recordar que existen vacunas disponibles y eficaces para los ancianos. El problema es que las tasas de cobertura son inadecuadas.
El calendario nacional vacunal se enfrenta actualmente al gran reto de poner el foco más allá de la edad pediátrica y aumentar las coberturas en todas las etapas de la vida. Jaime Pérez, médico especialista en Medicina Preventiva de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Murcia, exponía hace unas semanas en el “V Foro de Salud Pública: Vacunas, ciencia y longevidad”, algunos de los principales desafíos a los que se enfrenta la vacunación en adultos:
- El adulto es el gran olvidado de la vacunación.
- Estrategias de captación difíciles.
- Coberturas en general bajas.
El calendario nacional vacunal se enfrenta actualmente al gran reto de poner el foco más allá de la edad pediátrica y aumentar las coberturas en todas las etapas de la vida
Se deben tener en cuenta factores como al edad, la ocupación laboral, la existencia de patologías previas o comportamientos de riesgo, por ejemplo.
El experto añadía además que existen una serie de motivos por los que los adultos no se vacunan:
- La formación tanto de los profesionales sanitarios como de la población está totalmente orientada a la vacunación de los niños.
- Prima la asistencia sobre la prevención.
- Muchos adultos no visitan de forma regular al médico.
- No se valora correctamente el riesgo.
- No existe un responsable único de su vacunación.
- Existe temor a los posibles efectos adversos de la vacunación.
- Existe una falta de acceso.
- La vacunación en la población adulta ha tenido de forma histórica una peor “fama” que en la edad pediátrica.
La vacunación de los adultos debería ser una prioridad ya que es un grupo poblacional que se encuentra en progresivo aumento y hay vacunas que no ofrecen una protección permanente ya que requieren de la administración de dosis de refuerzo. Se suman problemas como el hecho de que muchos adultos no se vacunaron en la infancia y los cambios que se han producido con el paso de los años en las políticas vacunales.
La vacunación de los adultos debería ser una prioridad ya que es un grupo poblacional que se encuentra en progresivo aumento y hay vacunas que no ofrecen una protección permanente ya que requieren de la administración de dosis de refuerzo
La necesidad de vacunación en los grupos de mayor edad se refuerza ante fenómenos como la inmigración o los viajes ya que no todos los países cuentan con las mismas políticas vacunales. El objetivo de solventar todos estos retos es claro: la promoción del envejecimiento saludable, con el desafío de la inmunosenescencia como meta.
PRESENTE Y FUTURO DEL CALENDARIO VACUNAL
El actual calendario de vacunación a lo largo de toda la vida fue aprobado en 2018 por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) y empezó a aparecer en la página web del Ministerio de Sanidad en 2019. “Un calendario que fue difícil de aprobar ya que algunas comunidades autónomas contaban con calendarios de la infancia y del adulto y querían continuar con ese modelo”, exponía en el referido evento Aurora Limia, jefa del Área de la Subdirección General de Promoción, Prevención y Calidad de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad.
Limia explica que “todas las actividades de vacunación desde que se transfirieron las competencias de salud pública son de las propias comunidades autónomas. Son estas las que se encargan de la gestión de todos los programas de vacunación”, señalando aspectos fundamentales como la adquisición, distribución y administración de las vacunas.
“Desde el CISNS la labor que tenemos es mantener la confluencia, armonización, coordinación y cohesión entre los programas de vacunación de las comunidades autónomas. El CISNS y la Comisión de Salud Pública son realmente las instituciones que toman las decisiones, y desde la Ponencia de Vacunas y el Registro de Vacunaciones, es el organismo técnico que hace propuestas a la Comisión de Salud Pública para establecer unas recomendaciones”, explicaba.
Es importante destacar que, las recomendaciones, se aprueban por consenso por lo que no son vinculantes para las comunidades autónomas. “El calendario actual nacía tras una revisión profunda iniciada en el año 2016. A lo largo de los dos años siguientes revisamos la vacunación en la población adulta atendiendo a grupos con comportamientos de riesgo y comorbilidades”.
“Todas las actividades de vacunación desde que se transfirieron las competencias de salud pública son de las propias comunidades autónomas. Son estas las que se encargan de la gestión de todos los programas de vacunación”
Este momento coincidió con un comunicado emitido por el Consejo de Ministros de la Unión de Europea hecho público el 7 de diciembre de 2018. El documento ponía de relieve la necesidad de “programas de vacunación cuyo enfoque tenga en cuenta toda la vida y no solo la infancia. Dicho enfoque tiene por objetivo garantizar una protección adecuada a lo largo de toda la vida y contribuye a una vida sana y al envejecimiento saludable, así como a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios”.
FORTALEZAS Y DEBILIDADES
La jefa del Área de la Subdirección General de Promoción, Prevención y Calidad de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad señala cuáles son las principales fortalezas y debilidades del calendario de vacunación para toda la vida en España:
Fortalezas
- Las recomendaciones acordadas en el CISNS se implantan en todas las comunidades autónomas. Esto se traduce en un calendario dinámico adaptado a la situación epidemiológica y con unas mismas recomendaciones que aumentan la confianza de la población.
- Evaluación coordinada (coberturas y vigilancia epidemiológica) que posibilita el establecimiento de definiciones comunes en indicadores de evaluación de la vacunación.
- Elevadas coberturas de vacunación en la infancia.
- Posibilita la coordinación en situaciones de problemas de suministro de vacunas.
Debilidades
- Las decisiones acordadas en el CISNS no son vinculantes.
- Existe poco conocimiento por parte de los profesionales y de la población sobre el proceso de toma de decisiones.
- Diferentes registros de vacunación con distintos niveles de desarrollo.
- Bajas coberturas de vacunación fuera de la inmunización sistemática en la infancia.
- Falta de un mecanismo ágil para cubrir necesidades del programa, como investigaciones ad hoc en salud pública.
- No facilita la producción de vacunas en España.
- No se dispone de un mecanismo de contingencia para responder a problemas de suministro.
“Una amenaza son las recomendaciones unilaterales de las comunidades autónomas sin que haya razones epidemiológicas. Desde luego es competencia de las comunidades autónomas y lo pueden hacer, pero realmente debilita un poco la confianza de los sanitarios y de la población. Responder a una decisión unilateral de una comunidad autónoma es una traba importante”
“Una amenaza son las recomendaciones unilaterales de las comunidades autónomas sin que haya razones epidemiológicas. Desde luego es competencia de las comunidades autónomas y lo pueden hacer, pero realmente debilita un poco la confianza de los sanitarios y de la población. Responder a una decisión unilateral de una comunidad autónoma es una traba importante”, asegura Limia. En este sentido añade que sucede lo mismo cuando las asociaciones de profesionales y las sociedades científicas “hacen recomendaciones diferentes a lo establecido por el CISNS ya que crean mucha confusión alimentando los movimientos anti-vacunas y las reticencias a la vacunación”.
Ante las situaciones expuestas se recomienda que cuando una comunidad autónoma adopte una decisión unilateral en la materia se realice un análisis de la efectividad de la misma. “Deberíamos aprovechar para elaborar estrategias de comunicación conjuntas entre el Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas y las sociedades científicas”.
Limia concluye su presentación señalando que “en momentos puntuales se cuestiona la Ponencia como Comité Asesor de Vacunación para España”. Para evitar estas situaciones se debe mejorar la participación de otros agentes, fortalecer la Ponencia o Comité Asesor de Vacunación siguiendo con las recomendaciones de organismos internacionales y hacer más efectiva la colaboración de los Comités Técnicos Asesores en Vacunación de la Unión Europea.
A modo de conclusión, podemos destacar que el calendario de vacunación para toda la vida en España se enfrenta a los siguientes retos:
- Alcanzar altas coberturas más allá de la infancia y en grupos de riesgo.
- Mantener la cohesión y la equidad en las vacunas recomendadas.
- Consenso entre los diferentes actos con mensajes homogéneos a la población sobre la vacunación.
- Refuerzo en procedimientos de evaluación como la mejora de los SIV y la interoperabilidad, análisis y evaluación; así como la colaboración con otros Comités Técnicos Asesores en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo.
- Garantizar la independencia política y mediática.