La investigación en nuevas estrategias para combatir la obesidad, que alcanza dimensiones pandémicas en el siglo XXI, es una prioridad en Salud Pública. En esta línea, un grupo de investigadores del CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (IIB Sant Pau) de Barcelona han demostrado, por medio de un estudio en ratones, que la nicotinamida (forma amida de la vitamina B3) protege contra la acumulación de exceso de grasa inducida por la dieta.
Este trabajo ha sido publicado recientemente en portada de la prestigiosa revista Molecular Nutrition and Food Research y ha sido dirigido por Josep Julve, del grupo CIBERDEM dirigido por Francisco Blanco Vaca, y ha contado con la colaboración de otros grupos del CIBERDEM y del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) y del CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
La nicotinamida es un precursor natural de la molécula adenina nicotinamida dinucleótido (NAD+), que se encuentra en los alimentos y se utiliza como suplemento dietético. “La molécula NAD+ es muy importante para el metabolismo energético de las células, protegiéndolas del estrés derivado de condiciones adversas como la obesidad. La suplementación de la dieta con nicotinamida podría por tanto representar una estrategia terapéutica efectiva”, indica Josep Julve.
La nicotinamida protege contra la acumulación de exceso de grasa inducida por la dieta
Francisco Blanco Vaca, codirector del estudio, indica que “actualmente no existe ningún tratamiento médico efectivo a largo plazo en muchos pacientes con obesidad.Los basados en regímenes dietéticos hipocalóricos en combinación con un aumento en la actividad física a través de ejercicio físico, aun siendo muy aconsejables, suelen conseguir reducciones de peso limitadas, que no siempre son permanentes”.
Según han detectado en este estudio, el mecanismo de acción de la nicotinamida se basa en un aumento del gasto energético en los ratones tratados, no en una disminución de la ingesta. De forma que estos hallazgos podrían brindar nuevas oportunidades para soluciones nutricionales que funcionen para el mantenimiento de la salud a largo plazo.
La investigación parte de la idea de que la obesidad es una enfermedad de tejido adiposo y la nicotinamida actuaría preferentemente en este tejido como “quemagrasas” induciendo la formación de tejido adiposo marrón. Esto último se constató mediante un aumento de la abundancia de una proteína, la UCP1 (desacopladora de la cadena respiratoria), que disipa en forma de calor la energía metabólica obtenida a partir de la ingesta y que de otro modo se acumularía en forma de grasa.
Los investigadores detallan que esta forma vitamínica no causó efectos adversos y que podría estudiarse en humanos en un futuro
La obesidad es también una condición inflamatoria crónica y el efecto anti-obesidad de la nicotinamida se acompañó por un aumento en la producción de adiponectina y de interleucina 10, cuya acción podría ser responsable de la desinflamación que se observa en tejido adiposo de ratones tratados.
La intervención con nicotinamida también previno el desarrollo de hígado graso inducido por la dieta, otro de los efectos adversos asociados frecuentemente con la obesidad, por lo que este estudio también sugiere que la suplementación con nicotinamida podría, al menos en parte, compensar la disminuida capacidad natural de utilizar otras formas endógenas precursoras de NAD+ por parte de las células hepáticas durante largos períodos de estrés metabólico, como la alimentación con una dieta rica en grasas.
Francisco Blanco resalta, por último, que esta forma vitamínica no causó efectos adversos y que en un futuro podría estudiarse en humanos. “La experiencia previa con terapias que aumentan NAD+ es aún hoy día limitada, por lo que es imprescindible la realización de ensayos clínicos que prueben si estos efectos beneficiosos también se producen en pacientes que ya han desarrollado obesidad”, concluye el investigador.