Más de 11 millones de personas en todo el mundo han recibido tratamiento para la hepatitis, y más de 165.000 pacientes españoles han sido diagnosticados, tratados y curados de la hepatitis C. Con el objetivo de la OMS de eliminar las hepatitis virales en el año 2030, continúan poniéndose en marcha numerosas iniciativas encaminadas a mejorar la prevención, el diagnóstico precoz, el tratamiento y manejo integral del paciente con hepatitis. Un trabajo que debe ser multidisciplinar como ha quedado de manifiesto en el ‘Workshop sobre las hepatitis virales: la eliminación y control como objetivos clave’, organizado por Gilead Sciences.
“En Gilead llevamos 20 años comprometidos con las enfermedades hepáticas”, ha afirmado Marta Velázquez, directora de la Unidad de Negocio de Enfermedades Hepáticas de Gilead, “con un claro ejemplo de investigación como es el lanzamiento al mercado de ocho fármacos innovadores para las hepatitis virales desde el 2003 empezando por tratamientos para la hepatitis B y pasando por los fármacos de la hepatitis C que han sido claves para cambiar el curso de esta enfermedad, con la mirada puesta en su erradicación. Ahora en 2024 sumamos el lanzamiento del tratamiento para pacientes de hepatitis Delta”, ha añadido.
España ha logrado grandes avances en el tratamiento de la hepatitis C y puede convertirse en el primer país, tras Islandia, en conseguir su eliminación
Este nuevo tratamiento supone un avance muy importante ya que la “hepatitis Delta, la más grave y de más rápida progresión, afecta a muchos pacientes jóvenes que sufren un deterioro rápido de su salud y calidad de vida, y que hoy en día cuentan con una nueva esperanza de poder mejorar su pronóstico de vida”, ha recordado Velazquez.
Este encuentro ha reunido a expertos de las principales sociedades científicas implicadas en el abordaje de esta enfermedad que cuenta con unas tasas de curación de en torno al 95%, lo que demuestra el esfuerzo realizado para transformar la vida de estos pacientes y sitúa a nuestro país como una referencia en este campo.
El Dr. Manuel Romero, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), ha dibujado la situación actual de los diferentes tipos de hepatitis virales en España. Se estima que entre 80 y 90 mil personas tienen hepatitis B (VHB), unos 5.000 padecen hepatitis D (VHD), y entre 70 y 75 mil españoles podrían padecer hepatitis C (VHC). “En diez años el tratamiento ha cambiado drásticamente y se han producido numerosos hitos en la lucha contra las hepatitis virales. Cuando nos dimos cuenta de que el virus no sólo podía ser eliminado, sino que al hacer esto podíamos cortar la trasmisión, fue cuando la OMS puso en marcha el objetivo de la eliminación total de la enfermedad para el año 2030”, explica el Dr. Romero. Para conseguir este reto “se debe fomentar el diagnóstico integral y oportunista para beneficiar a los miles de pacientes con hepatitis virales en España pendientes de identificar y vincularles al sistema sanitario y tratarlos”, añade.
En 2024 se ha incorporado al Sistema Nacional de Salud (SNS) del único tratamiento aprobado para el manejo de la hepatitis Delta en Europa
“Estamos frente al objetivo de la eliminación y está al alcance de nuestras manos”, vaticina el presidente de la AEEH, “pero para lograrlo es necesario un esfuerzo multidisciplinar, no sólo entre las sociedades científicas, sino que tenemos que convencer a los gestores de que para llegar a poblaciones vulnerables necesitamos a ONG’s; para llegar a determinados colectivos, necesitamos a los ayuntamientos, y debemos trabajar todos juntos para conseguirlo”.
“La posibilidad de eliminar una enfermedad infecciosa es una posibilidad de la que se ha hablado muy pocas veces”, ha afirmado el Dr. Federico García, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien ha añadido que “aunque no tenemos una vacuna para la hepatitis C, diagnosticar y tratar es curar”. Ha explicado que tener fármacos tan eficaces como los disponibles actualmente es una analogía a tener una vacuna contra la enfermedad. “Los pacientes con VHC comparten vías de trasmisión con los pacientes de VHB y VIH”, por lo que “es muy importante aprovechar cualquier analítica para diagnosticar y tratar. El diagnóstico integral de las hepatitis virales se realiza en menos del 50% de los casos para el VHB/VHD. Por eso es clave aumentar el número de personas diagnosticadas y vinculadas a la atención sanitaria, simplificar y mejorar el circuito asistencial para evitar el diagnóstico incompleto y la pérdida de pacientes, además de recuperar aquellos “pacientes perdidos”, personas que han sido diagnosticadas pero que no han recibido tratamiento.
Los expertos subrayan la necesidad de aprovechar todas las oportunidades de diagnóstico existentes y generalizar la realización de pruebas en aquellos colectivos susceptibles de sufrir hepatitis virales
Según el 2º estudio de seroprevalencia en España de personas que acudían a Atención Primaria, se estimaba a 76.500 personas con infecciones virales entre la población general. De ellas, unas 54.000 son pacientes con infección activa, lo que supone un 71%, y el restante 29% son personas no diagnosticadas, cuantificadas en unas 22.500 personas. Estos pacientes se pueden encontrar tanto dentro como fuera del hospital. “En algún momento estas personas tienen que entrar por las puertas de un centro asistencial o de Urgencias”, ha indicado el Dr. García.
Con el objetivo de alcanzar a esos “pacientes perdidos”, en el encuentro se ha recordado que Gilead tiene en marcha iniciativas como Detect-C o la Unidad Móvil de Cribado que intenta acercar el diagnóstico a poblaciones vulnerables que no pasan habitualmente por el hospital.
Además, el experto de SEIMC ha señalado que “en el caso de la hepatitis Delta debemos realizar la prueba de VHD a todas las personas con hepatitis B crónicas y tratarlas para evitar la progresión de la enfermedad”. Actualmente se está trabajando en el conocido como “diagnóstico reflejo” que ayuda a identificar a afectados por hepatitis Delta en pacientes con VHB.
“Un diagnóstico tardío puede conllevar la progresión a enfermedad grave, asociada a mayor mortalidad, peor calidad de vida y a un alto coste”
Por su parte, el Dr. Juan González del Castillo, coordinador del grupo de trabajo de infecciones de la SEMES (INFURG-SEMES), ha presentado el documento de consenso elaborado por las tres sociedades científicas presentes, y que pone de relieve el papel clave de los servicios de urgencias en conseguir los objetivos de hepatitis cero, ya que el “el 44 % de los pacientes detectados en urgencias desconoce su estatus de infección, siendo frecuente el diagnóstico de pacientes con un grado de fibrosis avanzado. Un diagnóstico tardío puede conllevar la progresión a enfermedad grave, asociada a mayor mortalidad, peor calidad de vida y a un alto coste”, indicó González del Castillo.
El documento establece qué pacientes deben ser cribados en los servicios de urgencias, siendo el mejor escenario toda la población entre 40 y 90 años sin necesidad de tener factores de riesgo; cómo realizar la prueba, a través de una analítica cuando se solicite en un paciente una analítica por cualquier motivo de asistencia siempre que cumpla los requisitos; cómo se debe llevar a cabo la solicitud de la prueba, para lo cual es vital la “automatización”; y por último, la comunicación de los resultados, con una doble alerta tanto al paciente como al médico que tendrá que otorgarle el tratamiento.
“La automatización del proceso diagnóstico es fundamental para garantizar una adherencia del cien por cien”
Los servicios de Urgencias “no sólo son fundamentales para diagnosticar nuevos pacientes, sino para la localización de los pacientes perdidos, con un diagnóstico previo para vincularlos al tratamiento”, resalta el Dr. González del Castillo. Además destaca que “la automatización del proceso diagnóstico es fundamental para garantizar una adherencia del cien por cien y, para conseguir esto, necesitamos a los gestores sanitarios, tanto hospitalarios como a nivel de consejerías, para que con su ayuda lo consigamos a través de las herramientas disponibles necesarias”.
La investigación ha sido fundamental para la consecución de tratamientos contra las hepatitis víricas. Marta Velázquez ha recordado que Gilead ha llevado a cabo una ambiciosa estrategia con la que apoya proyectos innovadores tanto dentro del hospital como en los diferentes centros sanitarios, con el objetivo de seguir diagnosticando y derivando a todos los pacientes infectados. Iniciativas que “suman 326 proyectos financiados en 15 comunidades autónomas, superando los seis millones de euros otorgados por Gilead como parte de nuestro compromiso por la innovación. Pero, aun así, queda trabajo por hacer y se necesitan planes de eliminación regionales ambiciosos que cuenten con la colaboración de todas las partes implicadas y aprovechen cualquier oportunidad de diagnóstico”. Porque, afirma Velázquez, “creemos firmemente que ningún paciente puede quedar atrás”.