El pasado mes de abril, el Gobierno de Florida dio un paso más en su línea ultraconservadora con una ordenanza dirigida a los médicos del sistema de salud estatal para que no provean a los menores transgénero tratamientos o procedimientos de afirmación de género.
Aunque la ordenanza va en contra de las opiniones de la Academia Estadounidense de Pediatría y las recomendaciones de los gubernamentales Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el propio gobernador de Florida, Ron Desantis, quiere seguir adelante con esta ley.
Según la ordenanza emitida por el Departamento de Salud de Florida, “la evidencia actual no respalda el uso de bloqueadores de la pubertad, tratamientos hormonales o procedimientos quirúrgicos para niños y adolescentes”. También ocmenta que este tipo de tratamientos tienen “potenciales efectos irreversibles a largo plazo”.
Se está estudianto prohibir la ciurgía y los tratamientos hormonales de cambio de sexo en menores en los hospitales de este estado
Para Desantis, esta ley es lícita porque según él, hay una "falta de evidencia concluyente". Desde entonces, la Agencia para la Administración del Cuidado de la Salud ha llevado a cabo una revisión completa para determinar si estos tratamientos son "consistentes con los estándares médicos profesionales generalmente aceptados (GAPMS) y no experimentales o de investigación".
Esta ordenanza, que ya ha provocado reacciones en contra, se suma a la ley popularmente conocida como “No digas gay”, que ya ha sido impugnada en los tribunales y ha desatado una ola de rechazo. Siguiendo este contexto, el gobernador de Florida, está estudianto prohibir la ciurgía y los tratamientos hormonales de cambio de sexo en menores en los hospitales de este estado.
Así, concluye que las prácticas médicas que se están imponiendo en estos casos responden a la presión ideológica más que a las conclusiones de la ciencia, lo que obliga al Gobierno al que representa a "proteger a los niños de la medicina basada en la política".