Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país. De hecho, de enero a mayo de 2020, estas patologías fueron las responsables de un 23 por ciento de los fallecimientos. Por ello, la Fundación Jiménez Díaz ha celebrado un año más el Curso de Actualización Cardiovascular para médicos de Atención Primaria, al que acuden médicos del primer nivel asistencial que buscan mantenerse actualizados en las patologías vasculares que más frecuentemente tienen que tratar o aquellos que tienen algún interés específico en patología cardiovascular.
Las enfermedades cardiovasculares de enero a mayo de 2020 fueron responsables del 23 % de los fallecimientos
“Con este curso, además de ayudar al médico de Atención Primaria a estar actualizado en patología cardiovascular, buscamos una conexión entre el primer nivel asistencial y la Cardiología especializada, que forman un mismo equipo, pero trabajan separados físicamente”, explica el Dr. José Tuñón, jefe del Servicio de Cardiología del hospital y uno de los directores del encuentro que, “en esta cuarta edición, la primera virtual, ha sido un gran éxito, como todos los años, y a la que se han inscrito 359 personas”.
Por su parte, el Dr. Óscar Gómez, director de Continuidad Asistencial del hospital y codirector de esta formación, señala que “estas jornadas, en las que participan como ponentes diferentes médicos de familia, fomentan y ayudan a mejorar la continuidad asistencial de los pacientes”. “También aumentan el uso de las herramientas de comunicación, como las e-consultas”, añade.
UNIÓN FRENTE A LA COVID-19
En relación con el coronavirus, tal y como explica el Dr. Tuñón, sobre todo en la primera ola supuso una situación muy compleja de manejar para los profesionales de Cardiología y de Atención Primaria: “En esa ocasión los hospitales se llenaron de pacientes Covid, mientras que los que padecían afecciones cardiacas dejaron de ir y muchos cardiólogos -y médicos de otras especialidades- se sumaron al tratamiento de pacientes con coronavirus”.
Sin embargo, en las siguientes olas se ha conseguido un equilibrio y se ha mantenido la atención a pacientes cardiológicos, tanto desde los hospitales como desde los centros de Atención Primaria. Se trata éste de un aspecto fundamental, ya que se ha demostrado que la Covid-19 afecta al corazón y, por tanto, quienes padecen enfermedades cardiovasculares tienen un mayor riesgo de enfermar gravemente.
En las olas posteriores se ha conseguido un equilibrio y se ha mantenido la atención a pacientes cardiológicos
Asimismo, se mantienen las diferentes investigaciones en las que se encuentra involucrado el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz acerca de aspectos como biomarcadores pronósticos de enfermedad cardiovascular, Cardio-Oncología o fibrilación auricular.
Afortunadamente, como comenta el Dr. Tuñón, se trata de un área en constante evolución. “En cuanto a su tratamiento, al ya conocido sacubitril-valsartán se han añadido los inhibidores de SGLT2, que nacieron como antidiabéticos, pero que ya se están empleando en pacientes con insuficiencia cardiaca sin diabetes”, indica. Por otra parte, para tratar esta patología, “los profesionales de Primaria -añade el cardiólogo- necesitan apoyo de Enfermería, que puede jugar un papel importante en su abordaje, y posiblemente más tiempo para ver a los pacientes”.
NOVEDADES EN EL TRATAMIENTO CARDIOLÓGICO
En cuanto a los nuevos anticoagulantes, el médico de Primaria debe, fundamentalmente, conocer su gran seguridad y poder antitrombótico, aunque “también que su prescripción está restringida por la administración”, cuenta este experto.
En cuanto a la Tomografía Axial Computarizada (TAC) y la Resonancia Magnética (RMN), representan un salto cualitativo en el tratamiento del paciente cardiológico. “El TAC resulta clave para estudiar las arterias coronarias de modo no invasivo, así como para visualizar lesiones de aorta o tromboembolismo pulmonar”, expone el Dr. Tuñón. “En el caso de la resonancia magnética, entre sus múltiples aplicaciones, nos ayuda a diagnosticar miocarditis y a visualizar áreas de miocardio viables de cara a valorar una posible revascularización miocárdica”, concluye.