La gastronomía típica de cada país se presenta como uno de los grandes atractivos a la hora de hacer turismo. Especialmente para los paladares más atrevidos que no encuentran reparos a la hora de probar alimentos y platos de uno y otro lado del mundo por muy diferentes que sean de su alimentación habitual.
Pero esta variedad alimentaria entre naciones ha ido cambiando a lo largo de las últimas décadas y, lo cierto es, que cada vez son más los alimentos que nos unen que los que nos separan.
De acuerdo a un reciente estudio publicado en la revista Nature Food, los seres humanos cada vez comemos de forma más parecida. Nos dirigimos hacia una dieta universal.
Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el grupo de investigadores autor del estudio realizado en base a 18 grandes grupos de alimentos en 173 países entre los años 1961 y 2013. La mayor parte de los datos analizados proceden de la los balances alimentarios efectuados por la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura.
El estudio indica que esta convergencia alimentaria se evidencia de forma más notoria entre América del Norte, Europa y el este de Asia. Los cambios han sido más tímidos en el sudeste asiático y en América Latina. África es el único continente en el que apenas se ha producido variación en su alimentación en las últimas cinco décadas.
CHINA, UNO DE LOS PRINCIPALES EJEMPLOS
Desglosando las conclusiones se aprecian dos grandes tendencias que se han desarrollado a lo largo de las últimas décadas de forma casi paralela. En primer lugar, ponemos el foco en el este de Asía. La región ha contado histórica y tradicionalmente con una base alimentaria sustentada en un alto porcentaje por los vegetales. Una situación que ha cambiado de forma paulatina en las últimas décadas con el progresivo incremento del consumo de carne.
El ejemplo más llamativo es el de China. En 1961 la proporción de cuatro grandes grupos de alimentos conformaban la dieta china: cereales (57%), raíces ricas en almidón como las patatas (21%), carne (2%) y azúcares (1%).
Si trasladamos esta fotografía a 2013 el cambio en la dieta de la sociedad china ha sido drástico. Los cereales, con el arroz como alimento principal, han descendido en su consumo hasta el 47%. Los tubérculos han caído hasta el 5% mientras que el consumo de carne ha pasado del 2 al 16%. En el caso de los azúcares su consumo se ha duplicado.
Los cambios han sido más tímidos en el sudeste asiático y en América Latina. África es el único continente en el que apenas se ha producido variación en su alimentación en las últimas cinco décadas
De este modo China ha pasado de una dieta que provocaba desnutrición a una que está generando sobrenutrición por lo que en los últimos años se están incrementando las tasas de obesidad.
De este modo el índice de masa corporal (IMC) de los hombres chinos ha pasado de un 19,8 en 1975 hasta el 24,8 reportado en 2016 de acuerdo a una investigación de NCD-RisC, en la que también han participado varios autores del estudio sobre el que versan estas líneas.
Viajamos ahora hasta Estados Unidos, un país tradicionalmente carnívoro pero que ha experimentando cambios notables en su dieta en las últimas décadas. Entre 1961 y 2013 los estadounidenses han reducido en un 20% el consumo de derivados de carne.
El estudio señala que la mayor reducción relativa de proporción de consumo de carne y por ende, de un incremento de la ingesta de vegetales, se ha producido en seis países de ascendencia anglosajona. A pesar de esto estamos ante una tendencia de carácter global.
En este sentido el investigador de la Universidad de Kent (Reino Unido), James Bentham, explica que este cambio hacia una dieta universal está caracterizado por “un consumo relativamente mayor de productos de alimentos de origen animal”, como la carne, la leche o los huevos, pero también se ha producido un aumento en la ingesta de azúcares y “también un creciente consumo de vegetales”.
El estudio apunta a que países como Estados Unidos y Reino Unido se han alejado de una dieta caracterizada por un exceso de consumo de carne, huevos y leche pero aún sustentan su alimentación en una dieta que provoca obesidad.
¿POR QUÉ SE HA PRODUCIDO EL CAMBIO?
El estudio no ahonda en las causas que han provocado las modificaciones en las dietas de los distintos países pero sí señala algunos factores que nos han hecho avanzar hacia esta confluencia alimentaria global.
Bentham señala como motivo de estas variaciones nutricionales en el caso del sudeste asiático al crecimiento económico experimentando desde 1960 por China, Corea del Sur y Taiwán.
Países como Estados Unidos y Reino Unido se han alejado de una dieta caracterizada por un exceso de consumo de carne, huevos y leche pero aún sustentan su alimentación en una dieta que provoca obesidad
En el caso de las dietas del sur y este de Europa se ha producido un importante incremento en las aportaciones de proteína animal a las dietas.
Pero, sin lugar a dudas, el factor más importante es la globalización. "Ha habido grandes cambios en los patrones del intercambio comercial. Por ejemplo, Canadá, Irlanda o Reino Unido tienen acceso todo el año a frutas y verduras que no se dan naturalmente en estos países", explica el investigador.
Las regiones en las que menos cambios se han producido en los últimos 50 años en términos alimenticios son América Latina y África. En el caso de los países sudamericanos la dieta continúa dominada por tubérculos ricos en almidón.
En el caso del continente africano es el África subsahariana la región del mundo donde apenas se han producido variaciones en la dieta debido a la escasez y poca variedad de alimentos. Y, los pocos cambios que se han producido han sido para empeorar la dieta ya que, en la actualidad, cuentan con problemas tanto de desnutrición como de sobrenutrición.