Un estudio reciente publicado en Chinese Medical Journal, llevado a cabo por investigadores de China han resuelto el debate sobre un aspecto importante del perfeccionamiento del procedimiento: la elección del fármaco para contrarrestar los efectos secundarios de la anestesia espinal requerida.
Las cesáreas se realizan bajo anestesia general o anestesia espinal. Con este último, puede haber una complicación clave: hipotensión o presión arterial baja. Esto simplemente puede hacer que la madre sienta náuseas o puede tener consecuencias más graves, como comprometer al feto. Para evitar estos problemas, los médicos suelen administrar vasopresores, fármacos destinados a elevar la presión arterial a niveles normales, como preventivos antes de administrar la anestesia espinal.
Sin embargo, un vasopresor de uso común, la efedrina, también puede tener efectos indeseables, algunos en el feto, como aumentar la frecuencia cardíaca fetal y causar acidosis fetal. Los estudios también han demostrado que es de acción lenta.
Recientemente, se ha comenzado a emplear una alternativa: la noradrenalina. La norepinefrina ha mostrado menos efectos sobre la frecuencia cardíaca y actúa más rápidamente, lo que la convierte en una alternativa potencialmente mejor a la efedrina. Pero hasta la fecha, hay pocas comparaciones directas de los dos.
La norepinefrina ha mostrado menos efectos sobre la frecuencia cardíaca y actúa más rápidamente
Para comprender si la noradrenalina es realmente la mejor opción, el equipo de investigadores de China ha realizado un ensayo clínico.
Los investigadores reclutaron a 177 mujeres embarazadas programadas para someterse a cesáreas y las dividieron al azar en grupos que recibieron uno de dos protocolos: infusión de norepinefrina durante 30 minutos justo antes de la anestesia espinal o una dosis rápida de efedrina justo antes de la anestesia espinal.
Después, el equipo evaluó varios factores como la incidencia de hipotensión dentro de los 30 minutos posteriores a la administración de la anestesia espinal, las condiciones de la madre y el bebé 30 minutos después de la anestesia espinal, y el grado de oxigenación en la región cerebral, la parte más alta, de la cerebro del bebé 10 minutos después del nacimiento.
Así, descubrieron que menos madres que habían recibido norepinefrina sufrían de hipotensión que las que habían recibido efedrina. De manera similar, la frecuencia de taquicardia, una condición caracterizada por latidos cardíacos irregularmente rápidos, fue menor en las madres que recibieron norepinefrina que en las que recibieron efedrina. Los primeros también tenían menos probabilidades de experimentar náuseas y vómitos.
En cuanto a la condición física del recién nacido, incluida la frecuencia cardíaca, el esfuerzo requerido para la respiración, el tono de los músculos, la respuesta de estimulación y la coloración de la piel, no hubo diferencias significativas entre los dos grupos. Los niveles de gases en sangre del cordón umbilical, que indican condiciones metabólicas en el recién nacido, tampoco fueron diferentes entre los dos grupos.