Según las últimas cifras recogidas en el marco del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) y presentadas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) el pasado mes de julio, España registró una bajada del consumo de antibióticos del 7,4% entre 2015 y 2018 en el sector comunitario, responsable del 93% del consumo de antibióticos nacional en salud humana.
Pese a estos buenos datos, España sigue siendo uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos. En ese sentido, desde la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) se considera que todavía se puede afirmar que en España hay “un claro abuso en la prescripción de antibióticos” y que un “alto porcentaje” de los tratamientos “se podrían evitar” contribuyendo a prevenir con ello el creciente problema de salud pública sobre el aumento de resistencias bacterianas.
Pese a estos buenos datos, España sigue siendo uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos
Para contribuir a reducir aún más el consumo de antibióticos y a concienciar sobre las problemáticas derivadas del mismo, Sefap ha creado cuatro infografías que tratan los pros y los contras del uso de antibióticos en infecciones muy frecuentes como la de oído, la faringitis, la sinusitis aguda y la bronquitis.
“En estas infecciones la utilización de un antibiótico debe obviarse en el caso de las de origen viral, que son la mayoría, mientras que en el caso de las bacterianas en muchas ocasiones la estrategia simplemente debe pasar por retrasar el uso del antibiótico en función de la evolución y las características del paciente, de forma que casi nunca la prescripción de un antibiótico es la mejor primera opción”, explica María García Gil, miembro de los grupos de trabajo de Enfermedades Infecciosas y de Pacientes y Ciudadanía de Sefap, que han colaborado en la ejecución de este proyecto.
“Más de dos tercios de los ciudadanos europeos desearían tener más información sobre los antibióticos”
Las infografías, que cuentan con un diseño gráfico atractivo, visual y de fácil lectura, están avaladas por la mejor evidencia científica actual y surgen de una colaboración entre Sefap y el Sistema Nacional de Salud de Canadá, que ha dado su permiso para la traducción y la adaptación de las infografías originales, creadas por el Public Health Ontario.
“Los Farmacéuticos de Atención Primaria tenemos claro que el uso prudente de antibióticos es responsabilidad de todos, tanto de los profesionales sanitarios como de los pacientes. De ahí la idoneidad de disponer de herramientas, como estas infografías, que se puedan utilizar como apoyo en la toma de decisiones compartidas entre médico y pacientes. Al final la información es clave en el uso prudente de los antibióticos y se ha visto que este tipo de iniciativas disminuyen el consumo innecesario de antibióticos sin producir daño ni aumentar el número de complicaciones en los pacientes”, argumenta García Gil.
FALTA DE DOCUMENTACIÓN CIENTÍFICA PARA PACIENTES
Los Farmacéuticos de Atención Primaria se están involucrando cada vez más en actividades de educación sanitaria poblacional, lo que según explica María García Gil les permite “tener un feedback directo de la opinión y creencias de la ciudadanía” acerca del uso de estos medicamentos.
Esa cercanía con el paciente ha permitido a Sefap detectar que en el ámbito de la atención primaria “no hay suficiente documentación científica, objetiva, actualizada y contrastada destinada al paciente”. De ahí el desarrollo de estas infografías destinadas a pacientes y de otras en las que ya se encuentra trabajando el Grupo de Pacientes y Ciudadanía de Sefap sobre uso racional de medicamentos en las patologías más prevalentes en atención primaria.
El principal objetivo es que esta documentación sirva para informar a la población, pero también que se convierta en una herramienta que los profesionales sanitarios puedan utilizar a la hora de apoyar la información trasmitida en las consultas. “Las encuestas nos dicen que más de dos tercios de los ciudadanos europeos desearían tener más información sobre los antibióticos. Démosles esta información y empoderémoslos en las tomas de decisiones”, concluye García Gil.