Cada año se diagnostican unos 150.000 nuevos casos de melanoma en Europa, y se prevé que esta cifra aumente en los próximos años debido al cambio climático y otros factores ambientales. A pesar de su alta incidencia, aún existen muchas incógnitas sobre los mecanismos que provocan la aparición y expansión de este tipo de cáncer de piel.
Un estudio liderado por el grupo de Investigación Biomédica en Melanoma del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), en colaboración con el Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y el programa de Oncología Clínica del VHIO, ha arrojado luz sobre este proceso. La investigación ha identificado un mecanismo relacionado con la transformación de los melanocitos, las células encargadas de producir melanina, que podría explicar la aparición de melanomas sin un origen primario claro, es decir, sin un nevo o mancha visible como punto de partida.
"La exposición de recién nacidos a radiación UV con una intensidad suficiente para provocar una reacción cutánea provoca un aumento significativo en las probabilidades de tener un melanoma en el futuro"
Este mecanismo está estrechamente vinculado a la exposición a radiación ultravioleta (UV), el principal factor ambiental asociado a la aparición del melanoma, especialmente en etapas tempranas de la vida. “La exposición de recién nacidos a radiación UV con una intensidad suficiente para provocar una reacción cutánea”, como eritema o aparición de ampollas, “provoca un aumento significativo en las probabilidades de tener un melanoma en el futuro, era un hecho conocido, pero se desconocía cómo sucedía”, explicó el Dr. Ángel Recio, jefe del grupo investigador y director del estudio.
Uno de los aspectos más enigmáticos del melanoma es la función de la mutación BRAFv600E, presente en el 80% de los nevos benignos pero también en entre el 50% y 60% de los melanomas malignos. En la mayoría de los casos, esta mutación estimula primero el crecimiento celular y luego activa mecanismos que frenan la proliferación. Sin embargo, en los melanomas, esta segunda fase parece no activarse. “Este estudio ha revelado que si esta exposición se produce simultáneamente a la activación de BRAFv600E, se desencadena una reprogramación en la expresión genética que permite la proliferación descontrolada de células cancerosas”, añadió el Dr. Recio.
Para aislar los cambios genéticos implicados en esta reprogramación, el equipo buscó un modelo que reprodujera los efectos de la radiación sin necesidad de exposición directa. Así fue como lograron identificar que la pérdida de la quinasa LKB1 actúa como desencadenante clave de este proceso. La pérdida de esta enzima permite que el oncogén BRAFv600E no solo estimule el crecimiento celular, sino que también esquive los mecanismos que normalmente suprimen la formación tumoral.
MOLECULA UPP1: POTENCIAL DIANA TERAPÉUTICA
Uno de los hallazgos más prometedores de esta investigación, publicada en la revista científica 'Oncogene', es la identificación de la molécula UPP1 como una potencial diana terapéutica. El bloqueo de UPP1 podría debilitar la viabilidad de las células tumorales y ralentizar la progresión del melanoma. Aunque este descubrimiento todavía debe ser validado en estudios clínicos con humanos, representa una nueva esperanza en el tratamiento de esta enfermedad.
“Independientemente de la evolución de la investigación sobre UPP1, entender los procesos moleculares que facilitan la aparición del melanoma es un paso fundamental para desarrollar estrategias médicas y de salud pública que ayuden a reducir la incidencia de esta enfermedad”, concluye el Dr. Recio.