Expertos del sueño insisten en la necesidad de proteger el descanso y exigen una estrategia nacional

Estos malos hábitos de descanso, según los expertos de la Sociedad Española del Sueño, están motivados por la precariedad o el cambio climático, entre otras razones

Expertos del sueño insisten en la necesidad de proteger el descanso y exigen una estrategia nacional. (Foto: Freepik)
13 marzo 2024 | 14:25 h

La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) ha informado este miércoles de que aproximadamente el 10% de la población española sufre algún trastorno del sueño, mientras que el 30% se despierta sin sentirse descansado. Estas cifras podrían aumentar, especialmente entre los grupos vulnerables, debido al impacto del cambio climático y al modelo de ciudades abiertas las 24 horas.

Sin embargo, a pesar de estas cifras, el sueño es una necesidad básica esencial para el ser humano. Por esto, cada primer viernes anterior al equinoccio de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, como resultado de una iniciativa global que promueve la World Sleep Society (WSS) con el fin de concienciar sobre la importancia del sueño en nuestra salud. Este año, la WSS utiliza el lema "Equidad en el sueño para la salud global" y su finalidad es destacar la necesidad de proteger el descanso de todos, especialmente de los grupos más vulnerables, como base fundamental para una vida saludable.

“Las investigaciones demuestran que el sueño se ve más afectado en la población vulnerable, como son los niños, adolescentes, ancianos, personas con enfermedades graves o personas que viven acontecimientos estresantes en su entorno”

En esta línea, la Sociedad Española de Sueño (SES), encargada de coordinar las actividades en España, subraya la influencia de factores sociales y ambientales en la calidad del sueño, lo cual afecta directamente a la salud general. “Las investigaciones demuestran que el sueño se ve más afectado en la población vulnerable, como son los niños, adolescentes, ancianos, personas con enfermedades graves o personas que viven acontecimientos estresantes en su entorno”, ha explicado la doctora Ana Teijeira Azcona, neurofisióloga clínica y coordinadora de los actos en España por el Día Mundial del Sueño, durante la rueda de prensa celebrada este miércoles 13 de marzo en el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de Madrid con motivo del Día Mundial del Sueño.Teijeira ha estado acompañada en la rueda de prensa por el doctor Carlos Egea, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES).

“Si nos acostamos todas las noches preocupados por nuestra situación laboral, porque es inestable, porque tengo una carga laboral insoportable, porque no llego a fin de mes o porque tengo una gran incertidumbre sobre mi futuro, los mecanismos implicados en el sueño no van a poder funcionar correctamente, dado que vamos a estar mandando señales a nuestro cerebro para que permanezca despierto para solucionar todos estos problemas”, ha señalado Teijeira, que apunta que esto provoca un estado de excesiva alerta durante la noche que va a provocar mayores dificultades para conciliar el sueño, así como un sueño más superficial y con mayor probabilidad de presentar despertares.

“Este sueño de mala calidad, va a tener unas consecuencias importantes sobre mi salud y mi calidad de vida. Se ha estudiado el impacto negativo que tiene en nuestra salud mental, siendo un determinante dañino para la salud global de la persona. Además, es la pescadilla que se muerde la cola, ya que las alteraciones en el estado del ánimo afectan a la calidad y cantidad de sueño, con una elevada probabilidad de desarrollar enfermedades de sueño como el insomnio crónico, que según un reciente estudio de la SES afecta ya al 14% de la población adulta en España”, ha añadido.

FALTA DE SUEÑO Y CAMBIO CLIMÁTICO

Según la doctora, el cambio climático también es un factor desencadenante de los malos hábitos en el sueño. “El cambio climático tiene un impacto en la calidad del sueño a nivel poblacional. Los países o las regiones que presentan un incremento notable de las temperaturas también sufren ese problema por las noches. Dormir por encima de los 29º o 30º de temperatura ambiente provoca serias disrupciones en el sueño. Si además nos encontramos en un país en vías de desarrollo o en un barrio con menos posibilidades económicas para favorecer el confort durante la noche, tendremos un sueño alterado por las elevadas temperaturas, la ausencia de acondicionamiento de las habitaciones donde se duerme y el exceso de ruido y luz derivado de tener que dormir con las ventanas abiertas”, ha argumentado Teijeira.

La neurofisióloga también ha advertido del modelo de ciudad abierta 24 horas que se está imponiendo a nivel global: “Esto provoca un serio impacto en el sueño de la población, especialmente en las grandes ciudades, debido al exceso de ruido nocturno y de luz. Por eso es fundamental que en las ciudades haya un buen plan de urbanismo donde las luces no impacten directamente en las ventanas de las casas, los niveles de ruido sean los menores posibles, haya unos horarios racionales de ocio y se favorezcan entornos urbanizados con parques y arboledas, que nos ayuden a luchar contra la polución, que también tiene un impacto sobre el sueño”.

PRIORIDAD DE SALUD PÚBLICA

Como indica la doctora, en base a toda esta evidencia y teniendo en cuenta el hecho de que la falta crónica de sueño se relaciona con el desarrollo de numerosas enfermedades, entre ellas las neurodegenerativas, cardiovasculares, metabólicas y mentales, así como unas mayores probabilidades de desarrollar determinados tipos de cánceres, el sueño debería “ser una prioridad” en todos los programas gubernamentales de salud pública.

“Es fundamental que la administración sanitaria se involucre en la promoción de la calidad del sueño para impactar en el imaginario colectivo y situar los trastornos del sueño en un primer plano de la información, la comunicación y el debate público”

Por esto, el doctor Carlos Egea, presidente de FESMES, ha destacado la necesidad de quitar al sueño ese estigma que le persigue de “cosa poco importante” o de “tiempo perdido”, un aspecto para el que, según Egea, la educación al paciente y la formación de los profesionales sanitarios son piezas clave: “Es fundamental que la administración sanitaria se involucre en la promoción de la calidad del sueño para impactar en el imaginario colectivo y situar los trastornos del sueño en un primer plano de la información, la comunicación y el debate público”.

Además, el presidente de FESMES ha solicitado una Estrategia Nacional del Sueño que proporcione “solución a los problemas que plantean los trastornos del sueño en nuestro país, para abordarlos de forma conjunta e integradora, mejorar las acciones de promoción y prevención, así como su eficiencia asistencial”. Dentro de esa estrategia, Egea ha señalado como esencial la creación de un Área de Capacitación Específica (ACE) para la medicina del sueño, algo que ya es una realidad en muchos países europeos como Alemania, Francia, Portugal, Hungría y Rumania, en los que la medicina del sueño está reconocida como una subespecialidad medica oficial, accesible desde un número limitado de especialidades.

“La creación de la ACE es el primer paso para el buen abordaje de los trastornos del sueño, según el consenso de las sociedades profesionales de la Medicina del Sueño”, ha afirmado Egea, que considera que la ACE para la medicina del sueño “daría respuesta a los avances del conocimiento científico que requieren una formación adecuada y también a un creciente problema de salud pública”.

Durante la rueda de prensa, la Dra. Teijeira ofreció diez consejos para mejorar la higiene del sueño y prevenir los trastornos relacionados:

1. Hacer ejercicio físico diario, preferiblemente al aire libre y evitarlo antes de acostarse.

2. Mantener una dieta saludable, con cenas ligeras.

3. Evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar.

4. Reducir la ingesta de cafeína, té, chocolate y bebidas energéticas.

5. Controlar los niveles de ansiedad durante el día.

6. Establecer un horario regular de sueño.

7. Asociar la cama únicamente con el sueño.

8. Evitar el uso de pantallas antes de dormir.

9. Levantarse de la cama si no se puede conciliar el sueño.

10. Realizar actividades relajantes si no se puede dormir, como leer o practicar la atención plena.

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