Cada año mueren en el mundo cerca de 59.000 personas a causa de la rabia, la mayoría de ellas en África y Asia, suponiendo más del 95% de los fallecimientos. Estos datos se desprenden del último informe publicado por el Instituto de Salud Carlos III que analiza la situación de la rabia terrestre en España en los últimos 24 años. Y es que, aunque esta zoonosis lleva sin estar presente en nuestro país desde 1978, se han notificado algunos casos esporádicos en animales e importados en humanos.
Según el documento, que analiza la situación de los últimos años en Europa y España, en la Unión Europa es poco frecuente ver casos de rabia humana. “Los pocos casos que se declaran suelen ser importados”, detalla el informe de situación del ISCIII. Precisamente, los dos casos identificados en los últimos 24 años fueron importados.
Los dos casos notificados fueron dos personas procedentes de Marruecos que habían recibido una mordedura de un animal infectado de rabia
Estos dos casos se han producido en los últimos 10 años. El primero de ellos fue confirmado en Madrid en abril de 2014, tal y como informa la entidad en el informe, en una mujer de 46 años que recibió la mordedura de un perro en Marruecos y, según las muestras analizadas, no estaba vacunada de la enfermedad.
El otro caso se detectó en País Vasco a finales de 2019. También se trató de un caso importado, esta vez en un hombre de 56 años que procedía de Marruecos donde le mordió un gato. El varón recibió tratamiento con inmunoglobulina y vacuna tras detectarse la enfermedad a través de una biopsia.
Estos resultados muestran “la eficacia de los programas de prevención y control en frontera de esta enfermedad y muestran una incidencia extremadamente baja en humanos” en España, según afirma el documento publicado recientemente por el ISCIII. Además, tampoco se han notificado casos autóctonos de rabia en ninguna zona de España durante estos 24 años.
Nuestro país cuenta con un plan de contingencia, publicado a finales de 2023, en el que se exponen las medidas de protección necesarias para las personas que puedan estar expuestas a riesgos. Un ejemplo son las vacunas para viajeros internacionales en países que pueden tener animales infectados y, por tanto, suponer un peligro para la salud de las personas.
LA RABIA EN MAMÍFEROS TERRESTRES
Pero, ¿cuál es la situación si hablamos de mamíferos terrestres? La situación es similar a la de la rabia en humanos. España ha permanecido libre de la enfermedad durante todos estos años analizados en el estudio. No obstante, en 2013, debido a un perro que procedía de Marruecos, se perdió este estatus.
Ceuta y Melilla, durante este periodo, han notificado algún caso esporádico en perros, ya que son las dos ciudades autónomas de nuestro país más cercanas a los países endémicos. “La mayoría se produjeron en perros, salvo 3 casos que correspondieron a un caballo en 2002, un zorro en 2013 y un gato en 2015, todos ellos en Melilla”, detalla el informe. Mientras que en 2013, se notificó un contagio en un perro importado de Marruecos en la provincia de Toledo.
Pese a que la incidencia es muy baja tanto en humanos como en animales, es importante tener en cuenta las medidas de control para evitar que la enfermedad se extienda por el territorio. Tal y como concluye este informe, España es “zona de paso entre países de Europa y África, lo que hace que sea imprescindible extremar los controles en frontera y mantener una adecuada vigilancia de la enfermedad”.