Hoy en día, un paciente con VIH cuenta con una esperanza de vida muy similar a la de la población en general. Aun así, las investigaciones revelan que tienen un riesgo más elevado de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que significa que prevenir la aparición de las comorbilidades y ayudar a conservar la salud a largo plazo debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre los tratamientos que se les administran.
A medida que los pacientes con infección por VIH envejecen, determinadas comorbilidades como la enfermedad cardiovascular, el cáncer, la insuficiencia renal, la osteoporosis y los síntomas neurocognitivos son más prevalentes. Aunque la patogenia de las comorbilidades es muy compleja, los expertos afirman que se deben en parte a la presencia de inflamación sistémica y disfunción del sistema inmune.
Evitar las comorbilidades en el VIH puede ser posible utilizando fármacos innovadores
En palabras del doctor Sergio Reus, del Hospital General Universitario de Alicante “las causas de la inflamación persistente en el paciente que recibe TAR pueden ser múltiples, pero es posible que al menos en algunos pacientes se deban a la replicación persistente del VIH en determinados tejidos denominados reservorios”.
Evitar las comorbilidades en el VIH puede ser posible utilizando fármacos innovadores, eficaces, con menor toxicidad y en un solo comprimido que contiene el régimen antiretroviral completo. En la actualidad, la triple terapia, régimen preferente en todas las guías nacionales e internacionales, es el tratamiento de referencia para el VIH ya que ha mostrado una mayor eficacia y durabilidad en la supresión virológica.
El doctor Francisco Pasquau, del Hospital Marina Baixa asegura que “dado que el tratamiento antirretroviral hay que mantenerlo en principio durante toda la vida, es importante elegir fármacos que no presenten toxicidad a corto ni a largo plazo. Casi la mitad de nuestros pacientes VIH presentan ahora más de 50 años y la prevalencia de es más alta que la población general”.
Por todo ello, los expertos han concluido que es importante incidir a los pacientes en la importancia de que lleven un estilo de vida saludable, eviten el tabaco, controlen la tensión arterial y el colesterol y el resto de factores de riesgo cardiovascular que pueden evitar muchos eventos vasculares y neoplasias.