El cáncer cervicouterino afecta al cuello del útero (la porción de este que asoma en el fondo de saco de la vagina). De acuerdo con los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi todos los casos de cáncer cervicouterino (99%) están vinculados con la infección por papilomavirus humanos (VPH) de alto riesgo, que son muy comunes y se transmiten por contacto sexual. Por su frecuencia, este ocupa el cuarto lugar entre los cánceres de la mujer. Se estima que en 2018, 570.000 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino en todo el mundo y unas 311.000 murieron a causa de la enfermedad.
La OMS se ha propuesto como uno de sus retos reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino en todo el mundo a menos de cuatro casos por cada 100.000 mujeres, un nivel que equivale a su eliminación. La vacunación, el cribado, el tratamiento y los cuidados paliativos son las intervenciones clave del Proyecto de Estrategia Mundial para la Eliminación del Cáncer de Cuello de Útero como problema de salud pública de la OMS. En este proyecto, uno de los objetivos para prevenir el cáncer cervical es alcanzar el 90% de las niñas totalmente vacunadas contra el VPH a los 15 años de edad en 2030. Este objetivo fue establecido siguiendo un modelo que tomó en cuenta la eficacia y duración de protección ofrecida por las vacunas de VPH frente a infecciones y lesiones a determinados tipos oncogénicos de VPH.
Razones por las que estas vacunas desempeñan un papel clave para lograr este objetivo. En mayo de este año la investigadora Diane Harper de la Universidad de Michigan e investigadora internacional experta en VPH, publicó un comentario en la revista LancetID en referencia a los resultados de un estudio de la vacuna Cervarix en Finlandia, posicionando a Cervarix como la única vacuna de VPH en ofrecer la eficacia y duración de protección necesarias para conseguir la eliminación del cáncer de cérvix. La investigadora argumenta esta afirmación con los niveles de anticuerpos generados por la vacuna adyuvada de GSK y a su prevalencia en el tiempo, incluso frente a tipos oncogénicos de VPH no incluidos en la vacuna. La doctora Harper concluye que la implementación mundial de Cervarix debería ser priorizada.
La investigación revela que la vacunación de las mujeres entre los 12 y los 13 años tenía tasas de cáncer de cuello uterino 87% más bajas a los 20 años que las no vacunadas. La tasa de cáncer fue un 62% más baja cuando la vacuna se inoculó entre los 14 y los 16 años, y se redujo en un 34% en el caso de las mujeres vacunadas entre los 16 y los 18 años
Ante estos datos ponemos el foco en los importantes resultados publicados por The Lancet sobre la vacuna Cervarix desarrollada por GSK. Según este estudio las mujeres jóvenes que fueron vacunadas contra el virus del papiloma humano en la adolescencia con el referido suero tienen hasta un 87% menos de riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino.
La investigación revela que la vacunación de las mujeres entre los 12 y los 13 años tenía tasas de cáncer de cuello uterino 87% más bajas a los 20 años que las no vacunadas. La tasa de cáncer fue un 62% más baja cuando la vacuna se inoculó entre los 14 y los 16 años, y se redujo en un 34% en el caso de las mujeres vacunadas entre los 16 y los 18 años. El estudio señala además que las tasas de una condición precancerosa se redujeron en un 97% cuando las inyecciones se administraron a los 12 y 13 años.
El estudio, financiado por Cancer Research UK, analizó los datos del registro de enero de 2006 a junio de 2019 sobre mujeres que se habían sometido a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino entre las edades de 20 y 64 años, incluidas las mujeres que recibieron la vacuna Cervarix después de que estuvo disponible en 2008.
Durante el período de casi 13 años, se registraron aproximadamente 28.000 diagnósticos de cáncer de cuello uterino y 300.000 diagnósticos de una afección precancerosa llamada neoplasia intraepitelial cervical (CIN3) en Inglaterra, según han mostrado los datos.
Las mujeres jóvenes que fueron vacunadas tuvieron alrededor de 450 casos menos de cánceres de cuello uterino y 17.200 casos menos de CIN3 de lo esperado en mujeres no vacunadas de la misma edad.
Cervarix, desarrollada por GSK, protege contra dos tipos de VPH que son responsables de aproximadamente del 70% al 80% de todos los cánceres de cuello uterino.