El pasado jueves el Congreso de los Diputados aprobó con amplia mayoría la Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia en medio de un intenso debate político y mediático en el que a menudo se habla de dignidad al final de la vida. A juicio de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) y de la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (Aecpal), la norma que ha recibido luz verde en la Cámara Baja introducirá en el ordenamiento jurídico español el derecho de una persona que sufra ''una enfermedad grave e incurable'' o ''una enfermedad grave, crónica e invalidante'' a elegir el momento en el que quiere fallecer.
Desde la postura que mantienen ambas sociedades científicas de respeto absoluto a todas las opiniones y sensibilidades individuales que existen en relación con este debate, consideran que es sumamente simplista reducir el derecho a morir con dignidad al objeto de esta ley, porque entienden que el concepto de "dignidad al final de la vida" es mucho más amplio y complejo y abarca mucho más que la posibilidad de decidir cuándo se quiere morir.
De este modo, para que pueda hablarse de una muerte digna es preciso, destacan, que la persona debe poder decidir dónde quiere morir, y no solo el día y la hora en la que desea hacerlo. Si decide que sea en su domicilio, es necesario poner a su disposición recursos suficientes para que pueda hacerlo en las mejores condiciones y con un acompañamiento adecuado, lo que requiere, por ejemplo, bajas incentivadas para sus cuidadores.
Para que pueda hablarse de una muerte digna es preciso, destacan, que la persona debe poder decidir dónde quiere morir, y no solo el día y la hora en la que desea hacerlo
Si lo que desea es ser atendida en un centro hospitalario al final de su vida o las características del proceso desaconsejan que permanezca en casa, también tienen que darse las condiciones necesarias para que la persona pueda recibir una asistencia digna y humana.
En este sentido, es precisa la existencia de centros hospitalarios orientados a proporcionar una atención centrada en la persona, y no en su patología, con vocación de cuidar y recursos estructurales para ello. Estos centros, ya existentes en otros países, se caracterizan por disponer, por ejemplo, de una habitación individual que aporte al paciente la intimidad que requiere este proceso, así como otros recursos que garanticen una respuesta adecuada a todas sus necesidades físicas, psicológicas, sociales, emocionales y espirituales.
Asimismo, ambas sociedades explican que dignidad también es decidir comn quién quiere morir, sin ningún tipo de limitaciones, un derecho que actualmente tampoco está garantizado, tal y como se ha constatado en la actual pandemia. Durante los últimos meses se ha impedido categórica y sistemáticamente que miles de personas allecieran acompañadas, vulnerándose claramente el derecho a la autonomía del paciente.
Por otro lado, si se reduce el derecho a morir con dignidad a la posibilidad de que la persona decida cuándo quiere hacerlo, nos olvidamos del cómo. Existe una incuestionable evidencia de que, en la mayoría de los casos, los cuidados paliativos garantizan un alivio eficaz del sufrimiento ante enfermedades avanzadas o procesos de final de vida mediante una atención integral, multidisciplinar y centrada en la persona y en su familia.
Es precisa la existencia de centros hospitalarios orientados a proporcionar una atención centrada en la persona
Si la respuesta a las necesidades de estas miles de personas que necesitan unos cuidados paliativos de calidad continúa sin estar garantizada por una ley nacional que comprometa de igual forma a todo el territorio (como así será en el caso de la eutanasia), se está dando a entender que la única alternativa garantizada para dejar de sufrir cuando se padece ''una enfermedad grave e incurable'' o ''una enfermedad grave, crónica e invalidante'' es dejar de vivir.
Por tanto, desde Secpal y Aecpal entienden que no es posible hablar de atención digna ni de muerte digna cuando no está garantizado que las personas puedan decidir dónde, cómo y con quién morir. Solo cuándo.
En este sentido, consideran que solo existirá una verdadera libertad y un verdadero derecho a decidir cuando encima de la mesa estén disponibles todas las opciones para asegurar la dignidad en todos los procesos de final de la vida.
Este es precisamente el objetivo de todos los profesionales de cuidados paliativos y el horizonte que guía la labor de Secpal y Aecpal: poner en el centro a las personas que sufren buscando responder a sus necesidades con ciencia y humanidad. Más allá del debate estéril, es hora de hablar del ''buen morir'' y de todo lo que puede garantizar un ''buen morir''.