La compañía Reig Jofre ha presentado este miércoles el 'Informe del impacto presupuestario del tratamiento de la artrosis con condroitín sulfato vs. AINEs', un documento elaborado por la consultora Health Value que pone sobre la mesa el buen hacer de los fármacos de acción sintomática lenta (SYSADOA, por sus siglas en inglés SYmptomatic Slow Acting Drug for OsteoArthritis), un grupo de medicamentos concebidos para el tratamiento de esta enfermedad.
La artrosis es la enfermedad reumatológica más frecuente en España. Esta patología, que afecta a un perfil de paciente de edad avanzada y con especial énfasis en las mujeres, la sufren cerca de siete millones de españoles, lo que se traduce en un 30% de damnificados por la artrosis sintomática.
Tal y como declara el doctor Miguel Bernad, especialista en Reumatología del Hospital Universitario La Paz (Comunidad de Madrid). "En las últimas décadas han aparecido multitud de estudios en la artrosis con estos fármacos, así como revisiones sistemáticas y metaanálisis con resultados, en algunos de ellos, contradictorios".
"En las últimas décadas han aparecido multitud de estudios en la artrosis con estos fármacos, así como revisiones sistemáticas y metaanálisis con resultados, en algunos de ellos, contradictorios"
Su origen está en un metanálisis publicado en 2010 en la revista científica BMJ en el que se concluye que el condroitín sulfato y la glucosamina no tienen efecto positivo en los pacientes con artrosis, siendo una sorpresa dadas las evidencias que había hasta la fecha y la experiencia clínica que nos indicaba una importante mejoría en una proporción significativa de pacientes con dolor secundario a artrosis. Una publicación que ha sido utilizada por los gestores sanitarios para limitar la prescripción de estos fármacos y que ha provocado que, en algunas guías terapéuticas, no figure.
Sin embargo, el condroitín sulfato y la glucosamina, solos o en asociación, están fuertemente recomendados (grado de evidencia A y grado de recomendación 1ª) en guías tan importantes a nivel nacional como las de SEMERGEN, semFYC, SER o SECOT, y a nivel internacional como EULAR, ESCEO y PANLAR. Asimismo, en los últimos años se han publicado tres importantes estudios que refutan los resultados publicados en BMJ.
En 2015 se publica el estudio MOVES, un ensayo clínico multinacional (Alemania, Francia, Polonia y España) frente a un antiiflamatorio incluyendo a más de 600 pacientes durante seis meses. Se demuestra que la mejoría sintomática en el dolor de la artrosis es similar en el grupo de pacientes que tomaban condroitín sulfato más glucosamina que en los que tomaban el antiiflamatorio celecoxib.
En los últimos años se han publicado tres importantes estudios que refutan los resultados publicados en BMJ
El estudio MOSAIC publicado en 2016 realizado por Pelletier en Canadá, incluye de forma randomizada, doble ciego a casi 200 pacientes durante dos años comparando condroitín vs. celecoxib. Las conclusiones son que la mejoría sintomática es similar en ambos grupos y que en el grupo tratado con condroitín sulfato se comprueba una reducción significativa del deterioro del cartílago de la rodilla por RMN respecto al grupo tratado con el antiiflamatorio. Por ello, se puede hablar del efecto sintomático y de efecto estructural del condroitín sulfato.
Reginster publica en 2017 el estudio CONCEPT, multinacional, aleatorizado, doble ciego, donde compara en más de 600 pacientes con artrosis de rodilla el tratamiento con condroitín sulfato, el antiiflamatorio celecoxib o placebo, concluyendo que los pacientes con medicación activa (condroitín sulfato y celecoxib) mejoraban significativamente el dolor y la función respecto al grupo placebo.
Por último, este pasado año se ha publicado un estudio Delphi realizado desde OAFI (Fundación Internacional de Artrosis) donde un grupo de expertos panelistas concluyen el beneficio y las indicaciones de los condroprotectores (SYSADOA) en el tratamiento de la artrosis.