¿Videojuegos o crucigramas para mejorar la memoria? Esto dicen los expertos

Los beneficios se observaron en la cognición y en las actividades cotidianas, con indicios de contracción cerebral en la resonancia magnética que sugieren que los efectos son clínicamente significativos

Hacer crucigramas y rompecabezas ayuda al cerebro
Hacer crucigramas y rompecabezas ayuda al cerebro
Ainhoa Díaz, redactora ConSalud.es
31 octubre 2022 | 18:30 h

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia y la Universidad de Duke (Estados Unidos) ha demostrado que la realización de crucigramas tiene una ventaja sobre los videojuegos de ordenador para el funcionamiento de la memoria en adultos mayores con deterioro cognitivo leve. En un ensayo aleatorio y controlado, publicado en la revista científica 'NEJM Evidence', los investigadores determinaron que los participantes (de una edad media de 71 años) entrenados en la realización de crucigramas en la web demostraron una mayor mejora cognitiva que los que fueron entrenados en videojuegos cognitivos.

"Este es el primer estudio que documenta los beneficios a corto y largo plazo del entrenamiento en crucigramas en casa en comparación con otra intervención. Los resultados son importantes a la luz de la dificultad para mostrar mejoras con intervenciones en el deterioro cognitivo leve", ha comentado uno de los líderes de la investigación, D.P. Devanand. Los crucigramas son muy utilizados, pero no se han estudiado en el deterioro cognitivo leve, que se asocia a un alto riesgo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.

"Los beneficios se observaron en la cognición y en las actividades cotidianas, con indicios de contracción cerebral en la resonancia magnética que sugieren que los efectos son clínicamente significativos", indica el autor del estudio

Para llevar a cabo su estudio, los investigadores asignaron a 107 participantes con deterioro cognitivo leve (DCL) a un entrenamiento con crucigramas o a un entrenamiento con juegos cognitivos con un entrenamiento intensivo durante 12 semanas seguido de sesiones de refuerzo hasta 78 semanas. Los crucigramas fueron superiores a los juegos cognitivos en la medida de resultado cognitivo principal, ADAS-Cog, tanto a las 12 semanas como a las 78 semanas. Los crucigramas fueron superiores para los participantes en una etapa posterior de la enfermedad, pero ambas formas de entrenamiento fueron igualmente eficaces en una etapa anterior. El encogimiento del cerebro fue menor para los crucigramas a las 78 semanas.

"Los beneficios se observaron en la cognición y en las actividades cotidianas, con indicios de contracción cerebral en la resonancia magnética que sugieren que los efectos son clínicamente significativos", ha comentado el doctor Devanand. Según la monitorización electrónica a distancia, los participantes que se encontraban en una fase más avanzada del deterioro podrían haberse comprometido mejor con los crucigramas que con los juegos informatizados.

Aunque estos resultados son muy alentadores, los autores subrayan la necesidad de reproducirlos en un ensayo controlado más amplio con un grupo de control inactivo. "La investigación adicional para escalar el entrenamiento cerebral como una terapia digital basada en el hogar para retrasar el Alzheimer debe ser una prioridad para el campo", ha remachado otro de los autores, Murali Doraiswamy.

LA ALIMENTACIÓN Y LA MEMORIA

Otro de los factores que también influyen para retrasar la pérdida de memoria es la alimentación, llevar a cabo una dieta mediterránea basada en legumbres, fruta, pescado, verduras, y aceite de oliva podría proteger el cerebro de la acumulación de proteínas y del encogimiento que pueden provocar algunas enfermedades como el Alzheimer.

Una investigación publicada en la revista médica de la Academia Americana de Neurología determinó que "una dieta rica en grasas insaturadas, pescado, frutas y verduras, y baja en productos lácteos y carne roja, puede proteger el cerebro de la acumulación de proteínas que puede conducir a la pérdida de memoria y la demencia, estos resultados se suman al conjunto de pruebas que demuestran que lo que se come puede influir en las habilidades de memoria más adelante", indica Tommaso Ballarini, autor del estudiodel Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE).

Los investigadores analizaron el grado de seguimiento de la dieta mediterránea y su relación con el volumen cerebral, de las 512 personas que participaron en el estudio y determinaron que las personas que no seguían la dieta al pie de la letra tenían niveles más altos de biomarcadores de patología amiloide y tau que las que sí lo hacían. Proteínas que se encuentran más veces en los cerebros de las personas con la enfermedad de Alzheimer, que en los de una persona mayor con una cognición normal.

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