Un estudio liderado por la Universidad complutense de Madrid (UCM), analiza la dinámica temporal de los cambios que se producen dentro de la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Determinan que en un 11% de la muestra, existe una reversión desde la fase de deterioro cognitivo leve hacia la anterior, la cognitivamente sana.
Tradicionalmente, el curso de esta enfermedad se ha concebido en tres fases de gravedad creciente: preclínica de cognición normal, de deterioro cognitivo y, finalmente, demencia.
“Los datos indican que la probabilidad anual de transitar hacia delante, desde la fase de pérdida cognitiva hasta la de demencia, es aproximadamente la misma que la de transitar “hacia atrás”, desde la prodómica hasta la preclínica”, señala José María Ruiz Sánchez de León, investigador del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la UCM.
En el estudio se utilizaron datos procedentes de una muestra de 985 personas mayores de 70 años pertenecientes a la cohorte del Proyecto Vallecas, desarrollado en las instalaciones del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía.
“Los datos indican que la probabilidad anual de transitar hacia delante, desde la fase de pérdida cognitiva hasta la de demencia, es aproximadamente la misma que la de transitar hacia atrás”
Estos participantes fueron sometidos a un extenso protocolo deevaluación clínica compuesto por: un examen neurológico, una valoración cognitiva, un análisis sanguíneo y una resonancia magnética craneal, además de un seguimiento de cinco años.
Entre los factores comunes del 11% de pacientes que manifestaron reversión se encontraron algunos no modificables, como la edad (entre 70 y 79 años), el nivel socioeconómico o los niveles de apolipoproteína E. Junto con otros modificables, como el entrenamiento cognitivo o ausencia de depresión. En mayores de 80 años, apenas se detectaron casos de reversión.
“A partir de nuestros hallazgos, las líneas de trabajo futuro pasarían por tratar de identificar y confirmar de manera experimental los factores modificables del estilo de vida implicados en el fenómeno de la reversión. Esto abre una puerta a la esperanza en una patología tan devastadora como carente de tratamientos eficaces”, concluye Ruiz Sánchez de León.