Las cicatrices miocárdicas representan un factor de riesgo adicional para las arritimias ventriculares en la miocardiopatía hipertrófica (HCM), una enfermedad genética del músculo cardiaco. Por ello, la detección de estas cicatrices es fundamental. En este sentido, el pasado mes de febrero se publicó en la revista oficial de la European Heart Rhythm Association(EHRA), un estudio que demuestra que empleando una resonancia magnética cardiaca con realce tardío de gadolinio (LGE-CMR) se pueden detectar dichas cicatrices.
La HCM es una enfermedad en la que el tejido muscular del miocardio se vuelve anormalmente grueso. Esta hipertrofia puede afectar a diferentes partes del corazón y puede causar síntomas como dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga, mareos o desmayos. En determinados pacientes, esta patología puede aumentar el riesgo de arritmias cardiacas potencialmente peligrosas o, incluso, provocar la muerte súbita cardiaca.
Para la detección de las cicatrices se ha empleado un sistema de resonancia magnética cardíaca con realce tardío de gadolinio
Ahora, el estudio liderado por el Dr. Antonio Berruezo, director del Departamento de Arritmias y de Investigación e Innovación del Instituto del Corazón Teknon, evalúa la arquitectura de la cicatriz del miocardio y cómo esta afecta a la inducibilidad de arritmias ventriculares en cada paciente.
Cuando se quiere realizar un diagnóstico, el paciente es sometido a estímulos eléctricos para generar arritmias y valorar la respuesta del tejido cicatricial cardiaco en cuanto a su capacidad de favorecer la aparición de dichas arritmias. Si en el paciente se pueden inducir o provocar arritmias ventriculares durante un cateterismo del corazón, significa que el paciente tiene un mayor riesgo de que esto ocurra de forma espontánea.
Para la detección de las cicatrices se ha empleado un sistema de resonancia magnética cardíaca con realce tardío de gadolinio. El gadolinio es un agente de contraste que se acumula en áreas del corazón donde hay cambios cicatriciales en el tejido, como son las cicatrices, la inflamación u otros daños.
Posteriormente, el procesamiento de la resonancia magnética cardiaca permite identificar la cicatriz y sus zonas: fibrosis densa (núcleo), fibrosis intermedia y canales de tejido viable que conectan áreas de miocardio normal dentro de zonas de núcleo no excitables. Dichos canales son responsables generalmente de que ocurran estas arritmias en enfermedades cardiacas isquémicas y no isquémicas.
En este estudio, la identificación de cicatrices con canales en su interior demostró que se puede identificar a aquellos pacientes en los que es más fácil inducir arritmias ventriculares y que por ello tendrían un mayor riesgo de presentarlas de forma espontánea.
La identificación de cicatrices con canales en su interior demostró que se puede identificar a aquellos pacientes en los que es más fácil inducir arritmias ventriculares
Gracias a las conclusiones de este estudio se amplían otros en los que se evidencia que no es solo la cantidad de fibrosis en el miocardio, sino también la composición del tejido cicatrizado los factores relevantes para la inducibilidad y las características de la arritmia ventricular en pacientes con miocardiopatía hipertrófica.
Además, el estudio supone un paso más hacia la identificación de los sustratos que implican la aparición espontánea de la arritmia ventricular en la miocardiopatía hipertrófica. Con los hallazgos, se establecen las bases para la hipótesis de que la estimulación ventricular programada (EVP) podría revelar arritmia ventricular inducible y ayudar en la evaluación del riesgo de muerte súbita entre individuos con patrones complejos de realce tardío de gadolinio (RTG). Esto es especialmente relevante cuando la evaluación estratificación del riesgo no logra proporcionar criterios concluyentes para la candidatura a la implantación de un desfibrilador implantable (DAI).