Un nuevo estudio de la Universidad de California, en San Francisco, (EEUU) ha descubierto que la menopausia acelera la progresión de la esclerosis múltiple (EM), puesto que, tras este periodo, las pacientes caminaban más despacio y tenían cambios en la motricidad fina y la capacidad cognitiva.
En la actualidad, las mujeres representan el 75 % de los pacientes de EM, y las hormonas desempeñan un papel importante en el curso de la enfermedad: "Sabemos que los cambios hormonales durante la pubertad pueden desencadenar enfermedades autoinmunes como la EM", ha afirmado el profesor asociado de neurología de la Universidad de California-San Francisco (UCSF), Riley Bove.
Tras la menopausia, las participantes del estudio tardaban más en completar una caminata, teniendo en cuenta la edad, el peso y el consumo de tabaco
"Observamos una menor tasa de recaída durante el tercer trimestre del embarazo, seguida de un rebote tras el parto", ha añadido Bove, que es el autor correspondiente del estudio, publicado recientemente en 'Neurology'.
El estudio siguió a 184 mujeres antes y después de la menopausia. Se basó en datos de dos estudios de la UCSF, EPIC y ORIGINS, que tratan de descubrir las causas de la EM y la forma en que se desarrolla. Las participantes fueron evaluadas cada año durante una media de 13 años.
Otras investigaciones han llegado a conclusiones contradictorias sobre el papel de la menopausia en la progresión de la EM. Algunos estudios utilizaron una herramienta denominada Escala Ampliada del Estado de Discapacidad (EDSS, por sus siglas en inglés) que se centra principalmente en la evaluación de la velocidad de la marcha de las pacientes.
"La EDSS tiene una serie de limitaciones y también puede medir cambios que no están relacionados con la EM, como la edad avanzada y el uso de múltiples medicamentos, factores ambos que pueden afectar a la movilidad", ha señalado Hannah Silverman, estudiante de Medicina de la UCSF y primera autora del estudio.
DISMINUCIÓN DE LA VELOCIDAD, LA DESTREZA Y LA CAPACIDAD COGNITIVA
En el estudio actual, los investigadores utilizaron la prueba MS Functional Composite (MSFC), que mide la velocidad de la marcha y otras tareas. Comprobaron que, tras la menopausia, las participantes tardaban más en completar una caminata, teniendo en cuenta la edad, el peso y el consumo de tabaco. También observaron un deterioro más sutil de la destreza y la cognición.
Los investigadores descubrieron que un biomarcador sanguíneo denominado cadena ligera deneurofilamentos (NfL) aumentaba tras la menopausia. Esto indica una mayor degeneración de las células nerviosas -un rasgo distintivo del avance de la EM- y valida los hallazgos del MSFC.
La investigación en animales sugiere que las hormonas sexuales tienen efectos neuroprotectores
Solo 31 de las 184 participantes (17 %) tomaron terapia con estrógenos, lo que no es suficiente para que los investigadores puedan extraer conclusiones sobre sus beneficios. La investigación en animales sugiere que las hormonas sexuales tienen efectos neuroprotectores, y un pequeño estudio ha probado los efectos protectores de la testosterona en los hombres.
"El estudio demuestra que la menopausia representa un factor único en la progresión de la EM, incluso si tenemos en cuenta los efectos del envejecimiento, pero necesitaríamos grandes ensayos aleatorizados que comparen el tratamiento hormonal con un placebo antes de poder conocer los verdaderos efectos de la terapia hormonal en una enfermedad tan compleja como la EM", ha finalizado Bove.