Un estudio realizado por investigadores del Reino Unido ha revelado que casi la mitad de las personas que se habían suicidado en el último año, habían sufrido violencia por parte de su pareja a lo largo de su vida, y el 23% en el último año. La investigación ha sido publicada en la revista The Lancet Psychiatry.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia en la pareja se define como la violencia física, sexual, emocional, el abuso psicológico y las actitudes controladoras e intimidantes. Esta es más prevalente entre las mujeres y está reconocida como un factor de riesgo para sufrir un trastorno psiquiátrico.
“La violencia en la pareja es común en Inglaterra, especialmente entre las mujeres, y está fuertemente asociado a las ideaciones y tentativas suicidas. Las personas que piden ayuda a los servicios de atención al suicidio o autolesiones, deberían ser preguntados sobre violencia en la pareja. Las intervenciones diseñadas para reducir la prevalencia de la violencia en la pareja podrían proteger y mejorar las vidas de las personas con riesgo de suicido o autolesión”, recoge el estudio.
"El suicidio es, rara vez, la consecuencia de un único factor o evento, sino que suele ser el resultado de una acumulación e interacción de múltiples factores"
Para la investigación se analizó la encuesta de morbilidad psiquiátrica en adultos (APMS, siglas en inglés de Adult Psychiatric Morbidity Survey), que recoge datos de la población inglesa mayor de 16 años mediante un muestreo aleatorio estratificado. Se recogieron datos de más de 7.000 individuos.
Los análisis posteriores determinaron que uno de cada cinco adultos en Inglaterra habían experimentado violencia o abuso por parte de su pareja en algún momento de su vida, siendo las mujeres más afectadas que los hombres (27,2% frente a 15,3%).
“El suicidio es, rara vez, la consecuencia de un único factor o evento, sino que suele ser el resultado de una acumulación e interacción de múltiples factores. Las intervenciones dirigidas a reducir esta violencia pueden también ayudar a reducir el suicidio entre la población y debería estar incluido en las estrategias nacionales de prevención, así como en las evaluaciones individuales del riesgo de suicidio”, concluyen los autores.
El estudio ha sido realizado por Sally McManus, de la Universidad de Londres, Sylvia Walby, Estela Capelas, Louis Appleby, Traolach Brugha, Paul E Bebbington, Elizabeth A Cook y Duleeka Knipe.