Un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, ha analizado el potencial de los microARN (pequeñas moléculas de ARN, implicadas en la regulación de la expresión génica y presentes en determinados fluidos extracelulares) como biomarcadores de osteoporosis y artrosis. En concreto, apunta al miR-497 circulante como biomarcador significativo de coxartrosis (artrosis de cadera).
El trabajo, cuyos resultados han sido presentados en el 2021 World Congress on Osteoporosis, Osteoarthritis and Musculoskeletal Diseases y acaban de publicarse en abierto en el último número de la revista Scientific Reports, tiene como investigador principal al doctor Miguel Ángel García Pérez, profesor titular del Departamento de Genética de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Valencia (UV) y coordinador del Grupo de Investigación en Genética de la Osteoporosis de Incliva, uno de cuyos objetivos principales es la búsqueda de biomarcadores genéticos y séricos, principalmente en la osteoporosis postmenopáusica.
En la investigación se ha contado con la intervención del doctor Damián Mifsut, del mismo Grupo de Investigación y jefe de sección del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico de Valencia, del doctor Antonio Cano, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico de Valencia, y de Clara Pertusa, investigadora predoctoral del grupo.
Un estudio de Incliva analiza el potencial de los microARN como biomarcadores de osteoporosis y artrosis
A pesar de que son patologías de inicio tardío, la osteoporosis y la artrosis muestran una elevada prevalencia en la población debido al aumento en la esperanza de vida, que producen desde dolor hasta deformidad ósea y fracturas, disminuyendo la calidad de vida de quienes las padecen. Su origen puede deberse tanto a factores genéticos como ambientales y de estilo de vida y su mayor incidencia se encuentra en el grupo de mujeres postmenopáusicas, debido a los cambios en los niveles de hormonas, importantes reguladoras del metabolismo óseo, que se producen durante esta etapa.
La osteoporosis tiene como principal consecuencia la fractura ósea por fragilidad, debido a la baja masa ósea y deterioro de la microarquitectura del hueso que caracterizan esta enfermedad. En la actualidad, causa más de 8,9 millones de fracturas cada año en todo el mundo, y su prevalencia está aumentando en paralelo con la creciente esperanza de vida (22% de las mujeres mayores de 50 años en la UE).
La artrosis genera dolor articular y deterioro funcional y puede provocar cambios patológicos como destrucción del cartílago articular, rigidez y formación de osteofitos (espolones óseos). Afecta a más de 40 millones de personas en toda Europa y, con el aumento de la longevidad, se prevé que se convierta en una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.
El objetivo de la actual investigación era buscar biomarcadores (sustancias que se pueden cuantificar en alguna muestra del organismo y que pueden servir como indicadores de estado biológico de normalidad, de enfermedad o de respuesta a un tratamiento) de la osteoporosis y la artrosis. Los microARNs han mostrado su potencial como biomarcadores en numerosas patologías, debido a que sus niveles en suero son muy estables y su alteración puede ser consecuencia de la enfermedad o algún proceso relacionado con ella.
La investigación apunta al miR-497 circulante como marcador significativo de coxartrosis, artrosis de cadera
El actual estudio partía de otro anterior del mismo grupo, publicado en Calcif TissueInt, en 2015, con el título "Serum Circulating MicroRNAs as Biomarkers of Osteoporotic Fracture", en el que se analizaba y se comparaba la expresión de 179 microARNs séricos en mujeres que habían sufrido una fractura de cadera osteoporótica y en mujeres sometidas a la implantación de una prótesis de cadera debido a coxartrosis severa.
En la investigación actual se analiza la utilidad como biomarcadores de osteoporosis y de artrosis de 4 microARNs que en el trabajo previo aparecían diferencialmente expresados entre grupos. Para ello, se midieron mediante PCR cuantitativa y se compararon estadísticamente los niveles de estos 4 microARNs en el suero sanguíneo de un total de 100 mujeres postmenopáusicas, divididas en 3 grupos: control (sin patología ósea), con coxartrosis severa y con fractura de cadera.
El hallazgo más importante del estudio, desarrollado a lo largo de cinco meses, fue la identificación del miR-497 como un excelente discriminador del grupo de coxartrosis frente al de mujeres sin patología ósea y como un aceptable discriminador del grupo de coxartrosis frente al de fractura. Los resultados muestran que el miR-497 circulante puede representar un biomarcador significativo de coxartrosis, un hallazgo prometedor que podría contribuir al futuro diagnóstico en etapa temprana de esta enfermedad.