El mosquito tigre está muy involucrado en la transmisión de algunas enfermedades a humanos. En ese sentido, el CSIC acaba de confirmar que este insecto no estaría tan involucrado en la propagación de la malaria aviar, como se pensaba. Las conclusiones se han publicado en una reciente revisión científica publicada en la revista Animals, donde se ha analizado el impacto del mosquito Aedes albopictus, conocido popularmente como mosquito tigre, en la transmisión de parásitos de la malaria aviar.
La investigación ha sido llevada a cabo por un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); la Universidad de Granada y el Nature Research Centre de Lituania, los cuales han subrayado la expansión de la distribución del mosquito tigre a todos los continentes y las posibles alteraciones de las dinámicas de transmisión de patógenos que afectan a la fauna silvestre.
MOSQUITO TIGRE
Nativo de Asia, el mosquito tigre es una especia invasora con una gran distribución hoy en día. A parte de sus molestas picaduras, representa todo un problema para la salud pública puesto que es vector de patógenos causantes de algunas enfermedades en humanos como el dengue o el Zika. Por ello, su cambio de distribución hace posible la transmisión de estas enfermedades en las áreas invadidas, donde los estudios han puesto el foco en humanos. Sin embargo, los estudios en infecciones a aves silvestres, como la malaria aviar, son escasos.
En ese sentido, aquellos estudios revisados que monitorizan la presencia de parásitos de la malaria aviar en mosquitos capturados en la naturaleza, han revelado la existencia de una tasa de infección muy baja. Esto sugiere que el mosquito tigre es capaz de interaccionar con estos parásitos, pero su papel como transmisores de los mismos en la naturaleza es limitado.
El mosquito tigre es capaz de interaccionar con estos parásitos, pero su papel como transmisor es limitado
Jesús Veiga, investigador del CSIC en la EBD-CSIC y primer autor del artículo explica que: “Planteamos que probablemente sea debido a su tendencia a alimentarse principalmente de la sangre de mamíferos, y no tanto de aves”. También, se estudiaron los parásitos de la malaria aviar, de género Plasmodium, donde se ha encontrado una gran variabilidad según la especie. Por el contrario, otras especies como Plasmodium vaughani y Plasmodium circumflexum no parecen ser capaces de desarrollarse en el mosquito tigre, algunas como Plasmodium gallinaceumsí pueden completar su desarrollo e incluso transmitirse de manera efectiva de unas aves a otras. Está última afecta a las aves de corral, provocando pérdidas económicas, por lo que se requiere atención ante la presencia del mosquito tigre en dichos entornos.
“No obstante, los resultados obtenidos hasta el momento se limitan a un número reducido de especies y linajes genéticos de Plasmodium aviar, lo que limita las conclusiones que se puedan obtener para el papel de esta especie de mosquito invasor en la circulación de la malaria aviar”, apunta Veiga.
Además, el investigador añade que es un hecho muy relevante considerando que “existen más de 50 morfoespecies y 1.500 linajes genéticos de Plasmodium aviar”, concluye. Por ello, es necesario explorar un mayor un mayor número de especies para predecir cómo será su introducción en nuevos ecosistemas y sus consecuencias en la epidemiología de la malaria aviar.