Investigadores de Medicina y Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia y de la Universidad italiana de Catania han publicado los resultados del primer estudio sobre los efectos del confinamiento por la pandemia de Covid-19 en embarazadas españolas, en el que participaron un total de 90 mujeres. La reducción de la actividad física general y el mayor número de horas sentadas han sido los efectos más acusados en el estilo de vida de mujeres embarazadas, derivados de las restricciones de movilidad decretadas durante el confinamiento.
El cuestionario online confeccionado por los investigadores de la CEU UCH y la Universidad de Catania, a partir de diversos test internacionalmente validados, fue cumplimentado por las 90 participantes en el estudio entre el 18 y el 30 de mayo, cuando se cumplían dos meses desde el inicio del confinamiento.
La reducción de la actividad física general y el mayor número de horas sentadas han sido los efectos más acusados en el estilo de vida de mujeres embarazadas
Las preguntas de esta encuesta se diseñaron para comparar hábitos alimentarios, actividad física y sedentarismo antes y durante el confinamiento, con el objetivo de detectar cambios en el estilo y la calidad de vida relacionada con la salud de las mujeres embarazadas a causa de las restricciones decretadas.
MENOS ACTIVIDAD FÍSICA Y MÁS SEDENTARISMO
Entre los resultados, que acaba de publicar la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health, destaca la reducción en un 30% de la actividad física moderada y de un 60% en el tiempo destinado a caminar. Entre los obstáculos para realizar ejercicio, las embarazadas participantes en el estudio señalan como causa principal la falta de espacio, la fatiga por el embarazo o considerar que el ejercicio físico no era una prioridad en su estado.
Según destaca la profesora del Departamento de Fisioterapia de la CEU UCH, Gemma Biviá, integrante del equipo investigador, ''el sedentarismo y la falta de ejercicio son perjudiciales para cualquier persona, pero especialmente en el caso de las mujeres embarazadas, para las que se recomienda la realización de al menos 150 minutos de ejercicio moderado a lo largo de la semana. De media, el ejercicio físico de las embarazadas participantes en este estudio pasó de 94 minutos semanales antes de la pandemia a 68 minutos durante el confinamiento, en ambos casos por debajo de los niveles recomendados''.
CAMINANDO UN 60% MENOS
El estudio destaca también que la mayoría de las embarazadas opta por caminar como principal forma de ejercicio y el confinamiento ha impedido en gran medida poder seguir con este tipo de actividad física.
El ejercicio físico de las embarazadas participantes en este estudio pasó de 94 minutos semanales antes de la pandemia a 68 minutos durante el confinamiento
''El tiempo destinado a caminar descendió de 98 a 38 minutos por semana de media, lo que representa casi un 60% menos, debido a las medidas especialmente restrictivas para realizar actividad física al aire libre en España. Este cambio en las rutinas, junto al aumento de ansiedad y el miedo al contagio, han tenido efectos negativos en la calidad de vida de las mujeres embarazadas'', señala la profesora Biviá.
Además, el 52,2% de las participantes en la investigación de la CEU UCH y la Universidad de Catania tuvieron que dejar de seguir las sesiones de preparación al parto, porque fueron canceladas en este periodo. Solo el 24,4% de las participantes pudo continuar esta preparación mediante sesiones a distancia a través de Internet.
LA DIETA, CASI SIN CAMBIOS
Junto al ejercicio físico, otro de los factores que influye en el estilo de vida son los hábitos alimentarios, que también pudieron verse alterados por el estrés asociado al periodo de confinamiento o por la dificultad de comprar productos frescos. Sin embargo, los resultados del estudio indican que entre las mujeres embarazadas apenas se registraron alteraciones en los patrones alimentarios: pudieron seguir durante el confinamiento la misma dieta.
''Este dato es importante dado que la situación de estrés generada por el confinamiento habría podido inducir a conductas de ansiedad por la comida, especialmente al consumo excesivo de alimentos azucarados. Este tipo de alimentos aumentan los niveles de serotonina, y con ello la sensación de bienestar, pero que a su vez incrementan el riesgo de padecer determinadas enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes gestacional o problemas cardiovasculares, y también pueden producir macrosomia fetal, el exceso de peso del niño en el momento del parto'', comenta la profesora de la CEU UCH, Gemma Biviá.
Otro de los factores que influye en el estilo de vida son los hábitos alimentarios, que también pudieron verse alterados por el estrés asociado al periodo de confinamiento
Sin embargo, el patrón de dieta mediterráneo, el más recomendable para evitar estas complicaciones entre las embarazadas, solo alcanza los niveles recomendados en un tercio de las embarazadas participantes en este estudio de la CEU UCH y la Universidad de Catania.
MÁS HERRAMIENTAS ONLINE
A la luz de los resultados obtenidos, los autores del estudio proponen el desarrollo de herramientas que estén disponibles de forma online y que sean específicas para promover entre las embarazadas hábitos de vida saludables, fomentar el ejercicio físico y la preparación al parto desde casa, así como para la reducción del estrés y la ansiedad, en previsión de posibles futuras situaciones de confinamiento o restricciones de la movilidad.