Los trastornos relacionados con el estrés hacen referencia a un grupo de trastornos psiquiátricos entre los que se incluyen el trastorno de estrés postraumático, la reacción de estrés agudo y el trastorno de adaptación, así como otras reacciones a diferentes situaciones de estrés o eventos traumáticos y/o estresantes. Mientras que el estrés postraumático representa una reacción psiquiátrica grave y de larga duración, la reacción de estrés agudo presenta síntomas similares, pero de forma transitoria. El trastorno de adaptación, generalmente, se desencadena por otros eventos estresantes de la vida.
La creciente evidencia en estos campos sugiere de forma cada vez más preocupante que las personas que sufren algún tipo de trastorno relacionado con el estrés tienen riesgos más elevados de comorbilidades psiquiátricas, estilos de vida menos saludables y múltiples enfermedades somáticas. Aunque se ha demostrado que todas estas condiciones de salud adversas están asociadas con la muerte prematura, en un nuevo trabajo se refuerza la idea de que un exceso de mortalidad asociado con los trastornos relacionados con el estrés.
Nos encontramos ante uno de los aspectos relacionados con la salud mental menos explorados, por lo que ponemos el foco en uno de los últimos estudios que se han realizado en este sentido. Se trata de un análisis publicado por The Lancet Regional Health Europe a través del que se ha evaluado una cohorte de 189.757 personas con algún trastorno relacionado con el estrés en Suecia con aparición inicial entre el 1 de enero de 1981 y el 31 de diciembre de 2016. Se emparejaron los datos con 1.896.352 personas no expuestas y 207.479 hermanos no afectados de personas expuestas.
Durante el seguimiento medio efectuado de 9,42 años, se observó un riesgo elevado de mortalidad por todas las causas entre los pacientes con trastornos relacionados con el estrés, en comparación con los individuos no expuestos o sus hermanos no afectados. Este exceso de mortalidad se mostró más pronunciado durante el primer año transcurrido desde el diagnóstico del trastorno relacionado con el estrés.
El exceso de riesgo disminuyó a partir de ese punto, pero continuó siendo estadísticamente significativo en comparación con los controles. “Se observó un mayor riesgo para casis todas las muertes por causas específicas, con un mayor riesgo de muertes por causas no naturales, especialmente el suicidio, y causas potencialmente evitables”, exponen los autores del trabajo que nos ocupa.
Alrededor del 70% de las muertes eran “potencialmente evitables”, es decir, atribuibles a causas tratables o prevenibles, siendo la causa principal el suicidio
Específicamente, se categorizó la mortalidad por causas específicas como mortalidad debida a causas naturales o no naturales. La mortalidad por causas naturales se clasificó además en muertes por infección, cáncer, enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas, trastornos mentales y del comportamiento, enfermedades del sistema nervioso, enfermedades del sistema circulatorio, enfermedades del sistema respiratorio y enfermedades del sistema digestivo.
La mortalidad por causas no naturales se clasificó como suicidio (autolesiones intencionales y eventos de intención no determinada) y muertes por otras causas externas (como accidentes, caídas y agresiones). También se definieron las muertes potencialmente evitables que se consideran tratables (es decir, a través de una atención médica de buena calidad) o prevenibles (es decir, a través de una intervención de salud pública).
Los resultados de estudios de cohortes prospectivos previos a esta investigación han demostrado una asociación del trastorno de estrés postraumática y otros trastornos relacionados con el estrés con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas, suicidio y enfermedad cardiovascular. “Nuestro estudio amplía el conocimiento existente al mostrar que el exceso de mortalidad fue especialmente pronunciado para la muerte no natural y la muerte con causa potencialmente evitable, tanto inmediatamente después del diagnóstico de los trastornos relacionados con el estrés, como a largo plazo”, describen los autores.
Estos enfatizan en que han hallado que alrededor del 70% de las muertes eran “potencialmente evitables”, es decir, atribuibles a causas tratables o prevenibles, siendo la causa principal el suicidio.
En conjunto, los trastornos relacionados con el estrés se reconocen cada vez más como un problema de salud pública de importancia global, especialmente relevante en el contexto de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.
“Hallamos que los pacientes con trastornos relacionados con el estrés tenían un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas y múltiples causas específicas, y la elevación del riesgo era independiente de la confusión familiar. Dado que el exceso de mortalidad se atribuyó principalmente a muertes por causas no naturales y causas potencialmente evitables, este hallazgo subraya la importancia de la vigilancia clínica y el tratamiento de las personas con trastornos relacionados con el estrés”, concluyen los autores.