El Hospital de Torrejón advierte sobre los casos de estreñimiento y de reflujo gastro-esofágico

Comidas copiosas, no ir tanto al baño, largas siestas o paseos y ejercicios después de comer alteran la salud digestiva

En verano aumenta el estreñimiento y el reflujo gástrico que pueden llevar a complicaciones que requieren atención hospitalaria (Foto. Hospital de Torrejón)
En verano aumenta el estreñimiento y el reflujo gástrico que pueden llevar a complicaciones que requieren atención hospitalaria (Foto. Hospital de Torrejón)
CS
27 agosto 2021 | 12:45 h

“El cambio de rutinas y de hábitos alimentarios durante el período vacacional pueden alterar la salud de nuestro aparato digestivo, causando patologías como estreñimiento y reflujo gastro-esofágico”, explica Manuel Van Domselaar, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Torrejón.

Durante el verano, las patologías más comunes que surgen o empeoran son precisamente el estreñimiento y el reflujo gástrico. Las comidas copiosas, aguantar lass ganas de ir al servicio, largas siestas o hacer ejercicio justo después de comer provocan malestar abdominal, en algunos indigestión y "corremos el riesgo de presentar reflujo o regurgitación”, señala el experto.

Estas patologías, que son molestas y pueden derivar en una afección grave, se pueden incluso complicar si se añaden alimentos ricos en grasa y alcohol en la dieta. Además del dolor abdominal, si se complica, el estreñimiento puede llevar a la aparición de hemorroides, fisura anal o retención fecal y si se alarga en el tiempo, falta de apetito y mareos. En el caso del reflujo, si se mantiene durante mucho tiempo la acidez puede provocar llagas en el esófago, estrecharlo e incluso preparar el tejido a un periodo precanceroso.

El doctor recomienda llevar una dieta rica en frutas y verduras, una adecuada ingesta de líquidos y ejercicio físico moderado de manera regular

Para evitarlo el doctor recomienda “fraccionar la ingesta de alimentos en pequeñas cantidades varias veces al día, evitar hacer ejercicios intensos durante la hora siguiente a la comida, llevar una dieta rica en frutas y verduras, una adecuada ingesta de líquidos y ejercicio físico moderado de manera regular”. “Otro punto a destacar es que cuando se perciban ganas de ir al servicio no se pospongan, cosa que sucede frecuentemente estando de viaje o fuera de nuestro ámbito habitual”, añade.

Además, muchas veces se intenta compensar una comida copiosa con una alta actividad deportiva con la que quemar los excesos, pero Manuel Van Domselaar señala que puede ser contraproducente si no se realiza con precaución: “En caso de realizar una actividad física, es recomendable no haber ingerido grandes cantidades de alimentos durante la hora previa. Al finalizar, tampoco se sugiere comer hasta que hayan pasado unos 45 minutos”. “Esto es importante, ya que el flujo sanguíneo desviado hacia los músculos debe poder redirigirse al aparato digestivo para facilitar la digestión de los alimentos”, concluye.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído