Las intensas lluvias provocadas por la DANA en España el pasado 29 de octubre han dejado a la Comunidad Valenciana en una situación crítica, donde las inundaciones han causado estragos. Con precipitaciones que alcanzaron los 500 litros por metro cuadrado en algunas áreas, el desbordamiento de ríos y barrancos ha generado graves inundaciones causando más de 200 fallecidos y una considerable cantidad de desaparecidos, además de daños extensos en diversas infraestructuras.
Ante la gravedad de esta catástrofe, el Subgrupo de enfermedades inmunoprevenibles, en el que participan autoridades del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat Valenciana, ha evaluado los riesgos de enfermedades transmisibles, especialmente aquellas que pueden prevenirse mediante la vacunación. Los expertos advierten que, aunque el riesgo general de transmisión es bajo, puede incrementarse en caso de desplazamientos masivos o si el agua potable queda comprometida.
47 de los 50 centros de salud afectados ya están operativos tras ser sometidos a labores de limpieza
En la Comunidad Valenciana, 57 centros de salud se vieron afectados por las inundaciones; sin embargo, 47 de ellos ya están operativos tras ser sometidos a labores de limpieza. Para cubrir las necesidades en las zonas donde 10 centros permanecen cerrados, se han habilitado puntos de atención sanitaria temporales en colaboración con las autoridades locales.
El Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana han formado un Grupo de Trabajo dentro del Comité de Emergencia para evaluar la situación y establecer recomendaciones de vacunación para las poblaciones afectadas. Estos equipos también han abordado la evaluación de enfermedades transmitidas por vectores y alimentos, ya que en casos de inundaciones pueden surgir infecciones asociadas con el agua y la falta de higiene.
En cuanto a enfermedades inmunoprevenibles, se considera importante reforzar la vacunación contra el tétanos, especialmente entre personas que trabajen en tareas de rescate, limpieza y desescombro, como bomberos, personal de protección civil y servicios de emergencia, debido al mayor riesgo de lesiones que podrían estar expuestas a materiales contaminados.
La vacunación contra la hepatitis A es recomendable para el personal que manipule aguas residuales o trabaje en el subsuelo
También se ha recomendado la vacunación contra la hepatitis A para el personal que manipule aguas residuales o trabaje en el subsuelo, ya que las inundaciones pueden contaminar el agua potable y los alimentos. En cuanto a la hepatitis B, se ha instado a revisar el estado de vacunación del personal sanitario y de los trabajadores de servicios esenciales.
Otra medida preventiva destacada es la vacunación estacional contra COVID-19 y gripe, especialmente en poblaciones vulnerables, como adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, así como la inmunización frente al virus respiratorio sincitial (VRS) en la población infantil.
Para garantizar el acceso a las vacunas, las autoridades han asegurado su disponibilidad en los centros sanitarios y están en alerta ante posibles desabastecimientos. Además, se han establecido planes de colaboración entre comunidades autónomas para afrontar cualquier déficit en la cadena de frío y asegurar el suministro en las zonas más afectadas.
Estas recomendaciones se actualizarán conforme evolucione la situación epidemiológica y las autoridades instan a la población a seguir las medidas de higiene, subrayando la importancia de la prevención en la reducción de riesgos sanitarios tras las inundaciones. Además, los expertos recuerdan que no es necesario establecer campañas de vacunación extraordinarias.