Los estudios apuntan que cuando se prescribe un medicamento antidepresivo, un tercio de las personas mejoran completamente, otro tercio sufre una mejora parcial o el otro tercio no mejora en absoluto. Cuando ocurre esta última premisa, nos encontramos ante un caso de depresión refractaria. En estos casos la estrategia que se sigue es cambiar los medicamentos o combinar varios. Cuando esto tampoco funciona nos encontramos ante depresiones refractarias a la farmacología, que los expertos abordan con otro tipo de tratamientos.
El Doctor Luis Agüera, psiquiatra y vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), en declaraciones a ConSalud.es, explica que recientemente se ha popularizado el término “depresión difícil de tratar” para referirse a los casos que no tienen una solución simple sino que precisan de un tratamiento complejo. “Este tipo de depresiones representan aproximadamente un 30 por ciento del total de los casos de depresión que se producen en España”, indica el experto.
“En aquellos pacientes en los que la infección por el coronavirus ha afectado al cerebro hemos notado que el tratamiento farmacológico se ha vuelto más complejo
La pandemia ha podido generar “un incremento en el número de casos de depresión en general, pero no de la complejidad para tratarlas”, apunta el experto que señala a una excepción: “Aquellos pacientes en los que la infección por el coronavirus ha afectado al cerebro estamos encontrando que tratamiento más farmacológico, no sólo para la depresión sino también de otros trastornos mentales, se ha vuelto más complejo”.
En cuanto al perfil de paciente que suele sufrir esta depresión “el espectro es muy grande”, indica Agüera. “Encontramos personas que no tienen una gran vulnerabilidad biológica pero a los que les han ocurrido acontecimientos en su vida o han tenido problemas importantes por los que han desarrollado una depresión, lo que podríamos calificar como depresiones en el espectro psico-social; y luego en el otro polo hay depresiones muy biológicas que la persona tiene mucha vulnerabilidad a padecer una depresión que además hay más miembros en su familia que tienen esa vulnerabilidad”, explica el psiquiatra.
“Normalmente la estrategia de tratamiento de las depresiones complejas se basa en la combinación de más de un medicamento”
En algunas personas mayores, existe una forma de depresión que sucede, explica el doctor, “cuando las personas tienen muchos factores de riesgo vascular como diabetes, hipertensión, colesterol… y a veces desarrollan una depresión que no tiene porqué estar provocada por un acontecimiento y muchos autores la llaman depresión vascular. En estos casos, la depresión es más difícil de tratar porque responden peor a los tratamientos estándar”.
Para el abordaje de los casos de depresión refractaria, el Dr. Agüero afirma que “normalmente la estrategia de tratamiento de las depresiones complejas se basa en la combinación de más de un medicamento. Muchas veces con eso es suficiente para lograr una mejoría del paciente”. En los últimos años se dispone de un nuevo tratamiento, la esketamina, disponible en España desde hace aproximadamente un año “y que tiene una indicación para la depresión resistente al tratamiento estándar”, puntualiza el experto. “Es un medicamento muy potente y rápido que se administra en hospitales ya que el paciente tiene que tener una supervisión durante tres horas”, explica. “Este tratamiento ha revolucionado el panorama de estas depresiones”, destaca el Dr. Agüera.
Al margen de los tratamientos farmacológicos nos encontramos otros, como la terapia electroconvulsiva, que es un procedimiento que se lleva a cabo con anestesia general y que consiste en pasar pequeñas corrientes eléctricas a través del cerebro, para desencadenar una convulsión breve de manera intencional. “La terapia electroconvulsiva está salvando vidas a diario en los hospitales”, afirma el doctor. “Y otra terapia de la que se tiene menos evidencia, pero que también resulta de utilidad, es la estimulación magnética transcraneal que se realiza mediante una corriente magnética y con el paciente despierto”, explica el psiquiatra.
“La depresión es una enfermedad que en sus casos más graves tiene mortalidad: el suicidio”
Cuando hablamos del abordaje de estas depresiones es aún más fundamental “los tratamientos psicoterapéuticos que estos pacientes necesitan más que ninguno porque el grado de sufrimiento es mucho mayor”, recuerda el Dr. Agüera.
“La depresión es una enfermedad que tiene un espectro de gravedad que abarca de los casos leves a muy graves, y la depresión grave tiene mortalidad. Y esto es algo que no debemos olvidar. Al igual que el cáncer grave tiene mortalidad, la mortalidad de la depresión grave es el suicidio. En el campo de la salud mental actualmente tenemos el empeño de detectar precozmente a las personas con depresión, con un riesgo de suicidio, para poder tratar a estas personas y así estamos salvando vidas”, concluye.