La preocupación ante el incremento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) viene de largo. Lejos de desaparecer, las ETS continúan aumentando en España. El Instituto de Salud de Carlos III (ISCIII) avisa de que la tasa de infecciones por gonorrea por 100.000 habitantes ha aumentado más de un 19% entre 2010 y 2021. En el caso de la sífilis, ha crecido un 8% entre 2014 y 2021, y la infección por clamidia ha aumentado un 18% entre 2016 y 2021.
En el contexto del Día de la Salud Sexual, que se conmemora mañana, la doctora Elena Figueiredo, ginecóloga del hospital Ribera Povisa (Vigo), asegura que “es bastante impresionante que volvamos a ver muchos casos de sífilis, porque es una enfermedad con unas secuelas muy graves a nivel neurológico y cardiovascular y un diagnóstico tardío”. Pero, además, alerta sobre cómo, en su opinión, la población en general “se ha relajado respecto al VIH”, y añade “si la generación de los 80 le teníamos pánico porque se identificaba con una enfermedad mortal, hoy en día se tiene la idea de que se puede vivir con ella y la población no se da cuenta de la gravedad de esta enfermedad, aunque no sea mortal”.
Marina Márquez, ginecóloga en Ribera Juan Cardona (Ferrol) y Ribera Polusa (Lugo), insiste en que todas las ETS tiene secuelas graves, sobre todo si el diagnóstico es tardío o no se tratan. “Clamidia y gonorrea producen un daño local a las mucosas urinaria y genital que puede derivar en infertilidad; otras como la hepatitis pueden causar una insuficiencia hepática que puede derivar en cirrosis; y el Virus del Papiloma Humano (HPV en inglés) puede causar cáncer de cérvix”, explica, además de confirmar la afectación de corazón y sistema nervioso de la sífilis o la inmunodeficiencia que provoca el VIH “hace a la persona suceptible a otras infecciones que pueden ser mortales”.
“Hace a la persona suceptible a otras infecciones que pueden ser mortales”
El dermatólogo del hospital Ribera Caravaca, Antonio Martínez Torres, y el doctor José Antonio Cánovas, ginecólogo del hospital Ribera Virgen de la Caridad, añaden otros síntomas como “dolor pélvico, complicaciones en el embarazo, dolor o molestias durante la relación sexual, úlceras o verrugas en genitales boca y ano, flujo vaginal o por el pene, dolor y ardor al orinar, fiebre, artritis, malestar general, y en mujeres secreción vaginal de mal olor y color raro o sangrado vaginal”. Recuerdan, además, que las ETS son “enfermedades infecciosas transmitidas de una persona a otra por medio del contacto sexual oral, vaginal o anal, causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos”.
Además, el Informe de Vigilancia Epidemiológica de 2022 alerta del crecimiento de casos de ETS en el grupo de edad de los 25 a los 34 años, sobre todo en los hombres, aunque se ha detectado otro crecimiento significativo en mujeres de 20 a 24 años. Todos los especialistas en Salud Sexual del grupo Ribera coinciden en señalar que las ETS más frecuentes son el Virus del Papiloma Humano, herpes, hepatitis, VIH, tricomoniasis, clamidia, gonococo y sífilis.
El doctor Cánovas apunta sin embargo que la clamidia es la ETS más frecuente. “Supone casi el 70% de los casos”, asegura. La doctora Elena Figueiredo, apunta, por su parte, que tiene la sensación de que “lo peor está por venir, porque están reapareciendo esas infecciones que tienen muchas secuelas difíciles y que son muy difíciles de diagnosticar o se hace tarde, con lo que tienen un gran potencial de propagación”.
¿CÓMO PREVENIR UNA ETS?
Miriam Mora, psicóloga general sanitaria de la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva del departamento de salud del Vinalopó, recomienda información, educación, higiene, responsabilidad y hábitos de vida saludable para cuidar de la salud sexual. Para esta psicóloga es importante “empoderarte de tu sexualidad, no esperar a que la otra persona saque el preservativo y tomar la iniciativa”.
“Es importante que la población sepa qué es una ETS y cómo se transmite; tratar la sexualidad con naturalidad y como una realidad que nos acompaña toda la vida; aprender a usar el preservativo y tener acceso fácil a los mismos; tener una buena higiene personal, hábitos de vida saludables y una responsabilidad activa en los controles de salud”, explica, con lo que quiere decir, acudir a las revisiones periódicas correspondientes o consultar con un médico general o un especialista en el caso de conductas sexuales de alto riesgo.
La doctora Luz Marina Márquez recuerda la importancia del “uso del preservativo masculino, femenino y también de la protección oral, durante todas las etapas del coito, es decir, desde el inicio, para evitar tener contacto directo con la zona enferma”, recordando que “por la boca también se pueden coger infecciones”. Para la doctora Marina es clave “no deshumanizar el coito, la monogamia y conocer a la pareja sexual para evitar el sexo con alguien infectado”.