Con la llegada de septiembre llega, para muchos, el momento de volver a la oficina después de las vacaciones. Actualmente, la incertidumbre y el malestar que provoca la nueva normalidad pueden agravar el declive del estado anímico de los trabajadores. “La crisis económica, el miedo a la pérdida del trabajo y el retorno de los hijos al colegio en condiciones anormales, se suman a la falta de energía y motivación característica de los días posteriores del inicio de la actividad laboral”, explica en declaraciones a ConSalud.es, Rita Antón, psicóloga de Ita. Una realidad que sufre el 60% de los trabajadores según la Asociación Española para el estudio de la Ansiedad y Estrés (SEASPo).
“Entre un 25 y un 30% de los trabajadores presenta síntomas de ansiedad a la vuelta de vacaciones”, afirma Cristóbal Rivera, director del centro ABB Málaga. Por todo ello, los expertos aconsejan volver un par de días antes para poder mentalizarnos, así como, poder organizar las cosas que necesitamos para esa vuelta a la oficina.
Los expertos aconsejan volver de vacaciones un par de días antes de ir a la oficina para poder mentalizarnos
Por su parte, Antón insiste, que dado el contexto en el que nos encontramos, se hace necesario tomar conciencia de la complejidad de la situación, “permitirnos conectar con cómo nos afecta a nivel emocional, analizar de forma proactiva como lo gestionamos y hacer lo posible para enfrentarnos a la situación cuidando de nuestra persona y haciendo un ejercicio de empatía con nuestros compañeros”.
No obstante, existen ocasiones en las que es inevitable vivir un episodio de este tipo. En estos casos, y pese a que la psicóloga cree que no existe una respuesta idónea ni una estrategia útil que sirva de manera generalizada, recomienda “buscar un espacio de reflexión para poder analizar qué es lo que nos está sucediendo o que nos está sobrepasando, buscar la forma de enfrentarnos a esta problemática, permitirnos compartir este malestar con los que nos rodean y buscar ayuda profesional en el caso que no podamos gestionarlo o persista en el tiempo; no debemos minimizar ni evitar conectar con el malestar, debemos asumirlo y tratarlo”.
Por último, incide en que necesario entender que todos lo hemos pasado mal, “el confinamiento no ha dejado indemne a nadie y las consecuencias psicológicas a corto y largo plazo pueden aparecer como resultado de estresores añadidos”.