Las primeras semanas de “nueva normalidad” se han traducido en un total de 67 brotes activos actualmente en el conjunto del territorio nacional. Especial preocupación despiertan lis surgidos en El Segriá (Lleida) y A Mariña (Lugo). A pesar de esto el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado que la aparición de brotes “es normal” dentro de la fase en la que nos encontramos.
En ConSalud.es hemos querido analizar el escenario epidemiológico en el que nos encontramos de la mano de Vicente Soriano, médico especialista en Enfermedades Infecciosas y en Genética Clínica. Ha sido asesor de la OMS. Actualmente, profesor titular de UNIR y Director del Experto Universitario en Genética Clínica y Medicina Personalizada de UNIR.
“Los brotes son algo inevitable después de haber reanudado la movilidad, tanto por los desplazamientos entre las comunidades autónomas como por la llegada de extranjeros”, ha comenzado la entrevista indicando que, por el momento, estos brotes no suponen una alarma puesto que “muy pocos llegan a ponerse graves y requerir hospitalización”. En este sentido ha destacado una diferencia notable con los meses anteriores ya que se cuenta con capacidad diagnóstica de forma más efectiva y “rápidamente se inician los estudios de contactos”.
Uno de los brotes que más preocupa actualmente en España es el surgido en Lleida, en la comarca de El Segriá. Una zona que reporta una gran afluencia de jornaleros y Soriano considera que ha habido falta de previsión por parte de la Generalitat al no establecer más mecanismos de control, así como incrementar el número de sanitarios. “Se infectan no porque estén trabajando recogiendo la fruta con o sin mascarilla sino porque viven en condiciones poco favorables”, añade.
Ante esta situación la Generalitat de Cataluña ha decretado el uso obligatorio de la mascarilla en la calle y espacios públicos en toda la Comunidad Autónoma, aunque pueda mantenerse la distancia recomendada de seguridad. Una medida que “ayudará, pero no es suficiente”. “La mascarilla es un parche, pero se requieren de otras muchas estrategias”.
“Tenemos que ser conscientes de que estos rebrotes se van a seguir produciendo por lo que es más inteligente un confinamiento a tiempo que un reconfinamiento masivo. Hay que preservar que no enfermen los grupos vulnerables y el resto debe poner atención en las cosas que hemos ido aprendiendo a lo largo de estos meses. Un mensaje que se debe reforzar a toda la población”.
"Tenemos que ser conscientes de que estos rebrotes se van a seguir produciendo por lo que es más inteligente un confinamiento a tiempo que un reconfinamiento masivo. Hay que preservar que no enfermen los grupos vulnerables"
En este sentido el Ministerio de Sanidad ha anunciado recientemente su objetivo de conseguir un porcentaje de vacunación frente a la gripe este otoño del 75% en el caso de los mayores de 65 años. “Es una medida más y es inteligente, pero debemos tener en cuenta que la alta tasa de mortalidad en las personas mayores no solo ha ocurrido por la Covid-19, sino que gran parte de la pandemia ha coincido con la temporada de gripe, neumococo o infecciones respiratorias”, por lo que el experto considera que no se debería esperar hasta el otoño para iniciar la campaña de vacunación en estos grupos diana, sino que debería iniciarse desde principios del mes de septiembre.
La entrevista avanza y ponemos el foco en la compleja sintomatología de la Covid-19. Desde la aparición de los primeros casos se han ido descubriendo nuevos síntomas asociados a la enfermedad. Los últimos en relacionarse con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 han sido la inflamación cerebral rara y accidentes cerebrovasculares.
“El motivo por el que continúan apareciendo manifestaciones clínicas que desconocíamos reside en el hecho de que todos estamos aun aprendiendo del virus. No es solo una enfermedad pulmonar, es una enfermedad sistémica que puede afectar a otros órganos como los riñones, el hígado, el corazón o el cerebro”.
"No es solo una enfermedad pulmonar, es una enfermedad sistémica que puede afectar a otros órganos como los riñones, el hígado, el corazón o el cerebro"
A colación de estas explicaciones surgen las dudas sobre las posibles mutaciones del virus. “El SARS-CoV-2 no muta tanto como otros virus. Tiene un enzima que es correctora de errores y se producen pocos cambios. Los que suceden no explican las distintas manifestaciones clínicas ni que sea más agresivo en unas personas que en otras”.
La entrevista llega a su fin con el obligado planteamiento del futuro epidemiológico del país. “La Covid-19 ha llegado para quedarse”, asevera Soriano.
“Es un virus nuevo sobre el que estamos aprendiendo y no contaremos con una vacuna antes de finales del mes de diciembre de 2020. Se trata de un virus poco estacional por lo que van a seguir surgiendo brotes y seguirá siendo imperativo continuar con medidas fundamentales como el distanciamiento social, higiene de manos y mascarillas”, asegura con la esperanza puesta en avanzar en los conocimientos sobre el tipo de inmunidad generada por las personas que han conseguido superar la enfermedad.
Concluye indicando que “no se producirá una segunda ola tan virulenta como la que vivimos en los meses de marzo y abril”, pero para ello será necesario poner en marcha cuatro medidas fundamentales que se erigen como lecciones inherentes a lo que hemos vivido durante la pandemia: “refuerzo del sistema sanitario con profesionales preparados y equipados con garantías de seguridad, cuidar y vigilar de forma especial las residencias de ancianos, aumentar la investigación en el desarrollo de test de diagnóstico eficaces y asequibles que puedan ser vendidos en farmacias para fomentar la autoprotección e insistir en las medidas de prevención en la población general”, finaliza.