¿Durante cuánto tiempo estamos protegidos frente a la reinfección por SARS-CoV-2? Nos encontramos ante una de las grandes cuestiones de esta pandemia. Lo primero que debemos tener en cuenta es que la respuesta varía en función de si la protección se ha generado a través de la vacunación o porque hemos superado la infección de forma natural. En este segundo supuesto, la evidencia científica es creciente y un reciente estudio desarrollado dentro del Programa de Investigación Biomédica y Núcleo de Investigación de Bioestadística, Epidemiología y Biomatemática del Weill Cornell Medicine de Qatar, en colaboración con el Ministerio de Salud Pública.
Los autores de la investigación han concluido que la infección natural por SARS-CoV-2 proporciona una protección contra la reinfección significativa en aquellos casos en los que esta se ha producido por las variantes Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica) y Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). Sin embargo la variante Ómicron (B.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica), presenta numerosas mutaciones que pueden mediar en la evasión inmune. Los resultados del estudio han sido publicados en New England Journal of Medicine.
La eficacia de la infección previa por SARS-CoV-2 para prevenir la reinfección se ha definido como la reducción proporcional de la susceptibilidad a la infección entre aquellas personas que se habían recuperado de la Covid-19, en comparación con las que no se habían infectado. La infección previa por SARS-CoV-2 fue definida como un resultado positivo en una prueba PCR al menos 90 días antes de un nuevo resultado positivo en Covid-19.
"Encontramos que la efectividad de una infección previa para prevenir la reinfección con las variantes Alfa, Beta y Delta del SARS-CoV-2 fue sólida, en aproximadamente un 90%. Dicha protección contra la variante Ómicron fue menor, aproximadamente del 60%, pero aún considerable"
Los investigadores explican en la citada cabecera que, con el objetivo de garantizar que se consideraran reinfecciones epidemiológicamente relevantes en el análisis, solo se han incluido como casos de estudio las infecciones documentadas con un valor de umbral de ciclo de PCR (Ct) de 30 o menos. En este sentido argumentan que la reinfección a menudo ocurre con síntomas insignificantes y valores altos de Ct.
En base a esto se ha estimado que la eficacia de la infección previa para prevenir la reinfección se sitúa en el 90,2% en el caso de la variante Alfa, pero desciende hasta el 87,7% si hablamos de Beta. La cifra se eleva de nuevo hasta el 92% con la variante Delta, pero se desploma en el caso de Ómicron: 56%. Los responsables de este trabajo destacan que los análisis de sensibilidad confirmaron los resultados.
Si atendemos a los datos derivados de los pacientes reinfectados vemos que la progresión a Covid-19 grave se produjo en un paciente infectado por la variante Alfa, en dos pacientes con Beta, ningún paciente con Delta y dos en el caso de Ómicron. Ninguna de las reinfecciones progresó a una enfermedad crítica. La efectividad en relación a la Covid-19 grave, crítica o mortal fue del 69,4% frente a Alfa, del 88% frente a Beta, del 100% frente a Delta y del 87,8%.
“En general, en un estudio de una base de datos nacional en Qatar, encontramos que la efectividad de una infección previa para prevenir la reinfección con las variantes Alfa, Beta y Delta del SARS-CoV-2 fue sólida, en aproximadamente un 90%”, exponen los autores. “Dicha protección contra la variante Ómicron fue menor, aproximadamente del 60%, pero aún considerable. Además, la protección de la infección previa contra la hospitalización o la muerte causada por la reinfección parecía ser sólida, independientemente de la variante”, concluyen.