¿Hasta qué punto influye la variante del SARS-CoV-2 que produce la infección en la gravedad de los síntomas? Esta es la pregunta de la que parte un reciente estudio publicado por la revista JAMA Network. Los investigadores responsables han focalizado su investigación en cómo las distintas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) del coronavirus han ido modificando los síntomas de la infección y su gravedad en niños. La evidencia científica disponible hasta la fecha muestra que los niños, en su mayoría, cursan la Covid-19 de forma leve o asintomática, pero esto no evita que puedan desarrollar síntomas persistentes de la enfermedad o enfrentarse a otros problemas como el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, entre otros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado un total de cinco VOC: Alfa (B.1.1.7), Beta (B.1.351), Gamma (P.1), Delta (B.1.617.2) y Ómicron (B.1.1529). La aparición y expansión de cada una de estas variantes ha influido en el curso de la pandemia, en los patrones de transmisibilidad y en las características clínicas de las infecciones. A medida que el SARS-CoV-2 ha evolucionado también lo han hecho los síntomas que provocan las infecciones y la gravedad de la enfermedad. Razón por la que en la fase de la pandemia en la que nos encontramos juegan un papel fundamental las vacunas contra la Covid-19 bivalentes adaptadas.
En base a la evidencia recopilada por los responsables del estudio que nos ocupa vemos que la variante Ómicron, en la actualidad la dominante a nivel global a través de sus cinco linajes (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5) y los sublinajes derivados de estos, es más propensa a infectar las vías respiratorias superiores por lo que su capacidad de replicación en los bronquios es la mayor que se ha observado hasta el momento entre todas las variantes, pero resulta menor en el parénquima pulmonar (tejido conectivo ubicado alrededor de los vasos sanguíneos y los bronquios encargado del intercambio gaseoso).
Los síntomas provocados por la infección por Ómicron en adultos difieren de los asociados a la variante Delta, y la mortalidad es menor. Cabe señalar que la infección por Ómicron en niños se ha asociado con CRUP (inflamación de las cuerdas vocales y la tráquea que dificulta la respiración) y enfermedad de las vías respiratorias superiores.
La investigación ha sido realizada en Canadá en base a los datos de 7.272 pacientes que acudieron a los servicios de urgencias entre el 4 de agosto de 2020 y el 22 de febrero de 2022. De estos 1.440 (19,8%) tuvieron resultado positivo en infección por SARS-CoV-2 de los que 801 (55,6%) eran niños. La edad media de los menores fue de dos años.
"Los niños con infección por Ómicron tienen casi el doble de probabilidades de experimentar fiebre que aquellos infección por la cepa original del SARS-CoV-2, y hasta 1,5 veces más probabilidades de sufrir tos"
Los niños infectados por la variante Alfa presentaban una cantidad de síntomas principales asociados a la Covid-19 menor que aquellos en los que se identificó la variante Ómicron. Las variantes Ómicron y Delta se asociaron con síntomas como la fiebre y la tos. Los síntomas relacionados con el tracto respiratorio superior se asociaron con la infección causada por la variante Delta, mientras que los síntomas sistémicos y del tracto respiratorio inferior se asociaron con la variante Ómicron.
Los autores señalan que a los niños con infección causada por Ómicron se les realizó con mayor frecuencia una radiografía de tórax y recibieron un mayor número de tratamientos (administración de líquidos por vía intravenosa y corticosteroides), en comparación con las infecciones provocadas por Delta.
Entre los resultados secundarios del estudio cabe destacar que la mayoría de los participantes (98%) experimentó al menos uno de los principales síntomas asociados a la Covid-19. Esto fue más común en las infecciones por la variante Ómicron y más bajos en los casos en los que la infección estaba provocada por Alfa.
“Los niños con infección por Ómicron tienen casi el doble de probabilidades de experimentar fiebre que aquellos infección por la cepa original del SARS-CoV-2, y hasta 1,5 veces más probabilidades de sufrir tos. Aunque Ómicron se ha asociado con el CRUP, no encontramos que los síntomas del tracto respiratorio superior fueran más comunes en niños con infección por Ómicron en comparación con otras variantes”, exponen los responsables de la investigación.
Los hallazgos de este estudio sugieren que los niños con infección por Ómicron tienen más probabilidades de presentar fiebre, síntomas del tracto respiratorio inferior y manifestaciones sistémicas que aquellos casos en los que las infecciones estaban causadas por variantes de preocupación anteriores.
“Estos resultados resaltan la importancia de permanecer atentos a las manifestaciones clínicas en evolución y evaluar a los pacientes cuanto esté clínicamente indicado. Es importante destacar que, aunque las características de los síntomas han cambiado a medida que el virus ha evolucionado, a diferencia de los adultos, las proporciones de niños con Covid-19 que experimentan resultados indeseables se han mantenido estables”, concluyen.