La variante Ómicron está registrando récords de contagios diarios en buena parte del mundo. En nuestro país, la incidencia acumulada a 14 días sobrepasa ya los 3.120 casos por cada 100.000 habitantes. En este contexto, la OMS informaba esta semana que prevé que el 50% de la población europea se infecte con la variante Ómicron en las próximas 6-8 semanas. Ante este escenario, surge una pregunta: ¿nos vamos a contagiar todos, antes o después, con la Covid-19?
Para la jefa del Servicio de Microbiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, la Dra. Patricia Muñoz, sí, solo es cuestión de tiempo que todos nos contagiemos. En conversación con este medio, confiesa que cuando Ómicron comenzaba a expandirse, era optimista: “Veía que las infecciones eran muy leves y afectaban sobre todo a gente joven no vacunada. Yo, como muchos expertos, creía que iba a ser el fin de la pandemia, que todo el mundo adquiriría inmunidad y pasaría a ser un virus más, pero no ha sido así”.
Y es que el coronavirus está demostrando que puede infectar a gente incluso con tres dosis de la vacuna y provocar enfermedad grave, en especial a los no vacunados. Ómicron es tan contagiosa, que solo podemos elegir el ritmo al que nos contagiamos. Aún así, los expertos coinciden en que ahora, lo importante es retrasar el contagio lo máximo posible para evitar saturar el sistema más de lo que ya lo está.
“Que una parte importante de la población se contagie en un volumen excesivo en un corto periodo de tiempo, puede dar pie a situaciones de colapso o de mal funcionamiento del sistema, tanto sanitario como social o económico”, explica a ConSalud.es, Mario Fontán, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
"Los hospitales ya empezamos a estar bastante sobrecargados… No es un buen momento para ingresar"
En esta línea, asegura que el pensamiento de “¿qué más da? Si total, nos vamos a contagiar todos” no es el óptimo en esta situación. Para empezar, porque aunque la probabilidad juegue en nuestro favor, el Covid-19 tiene un componente de “ruleta rusa”. Ser joven, sin patologías y estar vacunado con pauta completa, reduce el riesgo de enfermedad grave y muerte. Eso está claro y así lo revela la evidencia científica. Aún así, nada garantiza “que te toque”. Fontán comenta que, él mismo, cuando contrajo el Covid-19, acabó ingresado y casi en una UCI. Todo ello pese a tener solo 28 años. Además, que nosotros asumamos la infección natural, no nos exime de contagiar a familiares o personas vulnerables que pueden no correr la misma suerte de pasar la enfermedad como un catarro.
El colapso del sistema sociosanitario y económico, tiene que ver, sobre todo, con los aislamientos. Tantas personas una semana en cuarentena, sean del sector de las recogidas de basuras, educación o profesional sanitario, suponen un impedimento para el funcionamiento normal de un país. Por esta razón, “la cuestión no es si nos contagiamos o no, sino a qué ritmo lo hacemos”, apostilla Fontán. Asimismo, aunque las vacunas hayan disminuido el riesgo de enfermedad grave y muertes, “un número muy excesivo de casos, siempre termina dando un número de casos graves que termina en el hospital, en una UCI o falleciendo”.
En materia sanitaria, para que el sistema colapse, no solo tienen que estar las UCIs saturadas. “Muchos casos de Covid-19 pueden retrasar la atención a otras patologías”, insiste Fontán. Y eso ya lo estamos viendo, apunta la responsable del servicio de Microbiología del Marañón y también presidenta de la Sociedad Madrileña de Microbiología Clínica. “Los hospitales ya empezamos a estar bastante sobrecargados… No es un buen momento para ingresar. Aunque a largo plazo acabemos infectándonos todos, hay que intentar que no sea ahora”.
¿CUÁNDO ACABAREMOS CON LA PANDEMIA?
En marzo de 2020, el objetivo era doblegar la curva. Después, esperar a que se desarrollara una vacuna. Más tarde, avanzar en la estrategia de vacunación. Y ahora, ¿cuál es el siguiente paso para dar por terminada la pandemia? Es la pregunta del millón, pero lamentablemente no tiene una respuesta certera.
El objetivo es “seguir luchando con todas las armas que vayamos teniendo”
El epidemiólogo explica que ha habido un problema de comunicación y “nos hemos movido por horizontes temporales, pero hemos visto que no funciona así”. Estos horizontes temporales son una simplificación de la situación que no contempla matices que ya se conocían, como pueden ser la efectividad de las vacunas con el paso del tiempo o la aparición de nuevas variantes.
Nadie sabe hasta cuándo durará la pandemia, si se convertirá en una endemia, o si incorporaremos la vacunación contra el coronavirus al calendario anual… Ahora, el objetivo es “seguir luchando con todas las armas que vayamos teniendo”, insiste la Dra. Muñoz. Además, los expertos coinciden es que es fundamental ampliar la vacunación a las zonas del mundo donde la gente no se ha vacunado, sea porque no ha querido o porque no ha tenido acceso, para reducir el riesgo de que surjan nuevas variantes.
Al hilo, la OMS recordaba ayer que, “cuanto más circule el virus, más riesgo de que surja una nueva variante más mortal”. Con todo, la microbióloga del Marañón recuerda que “lo que al virus le interesa no es matar a sus huéspedes”, por lo que los ojalás de los expertos tienen que ver con que el virus pierda virulencia conforme siga mutando, como ya ha ocurrido con la variante Ómicron.
En opinión de Fontán, tenemos que empezar a reflexionar, de manera muy calmada, que si la situación se va a mantener como ahora, con olas de cierta periodicidad, tenemos que reforzar todas las estructuras del sistema sanitario para adaptarlas a esta nueva realidad que llevamos viviendo dos años. “No podemos pretender, con un sistema raquítico en muchos puntos, enfrentarnos cada tres o cuatro meses a un volumen de asistencia difícil de sostener". Poblemas de asistencia que ahora, tienen que ver en gran parte con cuestiones logísticas y burocráticas, relativas a la tramitación de bajas laborales.
La solución que propone el epidemiólogo para el futuro, podría pasar por un sistema alternativo, que agilice la burocracia administrativa - como ya se está llevando a cabo en algunas Comunidades Autónomas - y permita que los facultativos se encarguen de la asistencia a los pacientes graves.