Tras una infección por el SARS-CoV-2 y un desarrollo de la Covid-19, es común que los pacientes sufran secuelas, alguna de ellas duraderas y que afecta a la salud y calidad de vida de las personas como es el daño pulmonar que se mantiene pasada la enfermedad. Estas personas sufren una inflamación que puede permanecer en el tejido que rodea los alvéolos del pulmón y que dificulta la captación de oxígeno.
El tratamiento recomendado es la administración de corticoesteroides, que pueden evitar que se desarrolle fibrosis pulmonar. Es importante, sin embargo, identificar qué pacientes necesitan realmente la terapia, ya que requiere altas dosis de fármaco durante meses y conlleva un riesgo elevado de efectos secundarios. Ante ello, un grupo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Vall d'Hebron y el grupo de Neumología del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), en colaboración con el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), han buscado una forma de identificar a estos pacientes de una forma efectiva.
El estudio, publicado en la revista 'Chest', ha analizado el beneficio de realizar biopsias a los pacientes que en las pruebas previas parezcan presentar problemas respiratorios. Se analizó a un grupo de pacientes por lo menos tres meses después de su hospitalización por Covid-19. Se hizo una TAC torácica, así como pruebas funcionales para evaluar la función pulmonar a 757 pacientes. En caso de que los resultados mostraran que podría haber afectación intersticial en los pulmones, se les practicaban unas biopsias mediante broncoscopia para llegar, con un tubo a través de la tráquea, al interior de los pulmones. Las biopsias se realizaron en 50 pacientes y las muestras obtenidas permitieron identificar diferentes niveles de daño intersticial en los pulmones.
De esos 50 pacientes, 30 tenían un daño grave en el pulmón y necesitaban tratamientos corticoesteroides, los restantes no
De esos 50 pacientes, 30 tenían un daño grave en el pulmón y necesitaban tratamientos corticoesteroides, los restantes no. "Gracias a haber hecho las biopsias mediante broncoscopia evitamos la administración de corticoesteroides a 17 personas que, inicialmente, según el resultado en la TAC y las pruebas funcionales respiratorias, estaba recomendada. Es importante la confirmación del daño pulmonar para saber si el tratamiento está recomendado y evitar, así, efectos secundarios innecesarios", afirma el Dr. Mario Culebras, médico especialista del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Vall d'Hebron e investigador del grupo de Neumología del VHIR.
Las biopsias se tomaron, como se hace habitualmente, mediante una criosonda, la cual tiene una punta metálica que se congela rápidamente a -89ºC, lo que permite obtener un pequeño fragmento del pulmón que se analiza en el laboratorio. Durante todo el procedimiento, realizado siempre con material desechable (incluyendo broncoscopio y criosonda), participan diferentes profesionales, como neumólogos, anestesiólogos y enfermeras. Nuria Neira y Laura Estepa, enfermeras del Gabinete de Broncoscopias del Servicio de Neumología de Vall d’Hebron, explican que "los pacientes con Covid-19 son especialmente frágiles y necesitan mucho apoyo, ya que algunos han pasado mucho tiempo en la UCI. Son conscientes de que la realización de pruebas como estas, a pesar de ser técnicas que pueden ser molestas para ellos, son claves para conocer qué les pasa y recibir un tratamiento adecuado que mejore su situación clínica".
Según señalan desde el Vall D'Hebron, esta ha sido la primera vez que se han analizado muestras de biopsias en pacientes vivos después de sufrir la Covid-19 y, por consiguiente, ha permitido evaluar las secuelas que han quedado en el tejido pulmonar. Hasta ahora, esto sólo se había hecho en autopsias de pacientes, la mayoría de los cuales habían muerto durante la fase aguda de la enfermedad. "Conocer esta afectación en los pulmones después de neumonía grave por SARS-CoV-2 es importante para iniciar una terapia específica y disminuir las secuelas", concluye el Dr. Culebras.