Las vacunas contra la COVID-19 reducen la propagación viral, pero Delta plantea serios problemas

Diversos estudios muestran que las vacunas contra la COVID-19 reducen la propagación del SARS-CoV-2 en más del 80%, pero Delta plantea preocupantes cuestiones.

Científico sosteniendo muestras de sangre de pacientes COVID 19 (Foto. Freepik)
Científico sosteniendo muestras de sangre de pacientes COVID 19 (Foto. Freepik)
CS
2 agosto 2021 | 13:00 h

Las vacunas desarrolladas contra la COVID-19 han demostrado, a través de ensayos clínicos que han contado con la participación de decenas de miles de personas en todo el mundo, su seguridad y eficacia a la hora de prevenir la enfermedad moderada y grave, así como la mortalidad. Es necesario tener claro que los sueros que actualmente se están inoculando en gran parte del mundo, no son esterilizantes, es decir, no evitan la infección.

En este sentido la evidencia científica comienza a sugerir que son capaces de reducir notablemente la transmisión del virus. Una buena noticia hasta la aparición de la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) del SARS-CoV-2, ya que los estudios referidos se realizaron antes de su rápida propagación. Motivo por el que varios científicos alertan en Nature de que la actual situación epidemiológica podría traducirse en que las personas vacunadas serían capaces de propagar más fácilmente esta variante que las anteriores.

La citada cabecera se hace eco de dos estudios pre-impresos en Israel el pasado 16 de julio. Estos han hallado que la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por Pfizer/BioNTech tiene un 81% de eficacia en la prevención de las infecciones por SARS-CoV-2. En el caso de las personas totalmente vacunadas, estas cuentan con hasta un 78% menos de posibilidades de transmitir el virus en los entornos domésticos. La conclusión de los investigadores es que la vacuna ofrece una protección muy elevada en términos de transmisión viral.

Pero Delta se erige como una gran incertidumbre. Estudios como los realizados en Israel y otras partes del mundo se basan en la circulación de las variantes anteriores, especialmente Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), por lo que ahora se sugiere que las vacunas ofrecen una protección ligeramente reducida ante Delta.

Marm Kilpatrick, investigadora de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de California (Santa Cruz) argumenta lo siguiente en declaraciones concedidas a Nature: “Los estudios nos ayudan a comprender por qué los casos estaban disminuyendo en la mayoría de poblaciones con altas de vacunación antes de la aparición de Delta. Si esta variante no hubiera aparecido y no se hubiese extendido, es probable que la carga de casos hubiese sido muy reducida en muchos países”, asevera.

"Si esta variante no hubiera aparecido y no se hubiese extendido, es probable que la carga de casos hubiese sido muy reducida en muchos países"

Retomando los dos referidos estudios, vemos que ambos proporcionan una buena evidencia de una reducción sustancial de la capacidad infectiva del virus. Una protección que podría ser mucho más elevada fuera de los hogares donde las personas, por norma general, se enfrentaría a menores cargas virales dadas las condiciones. Pero los resultados de estudios y otros que siguen una línea similar no deben extrapolarse a un escenario en el que Delta es la variante dominante ya en muchos países.

Por el momento no se cuenta con datos sobre cómo las vacunas afectan a las infecciones y la capacidad infectiva ante Delta. Un estudio realizado en Reino Unido y publicado el pasado 21 de julio muestra que las vacunas de Pfizer/BioNTech y AstraZeneca ofrecen una protección menor contra la enfermedad sintomática causada por Delta frente a la infección generada a través de Alfa. Hecho que los expertos indican que podría además significar una disminución en términos de protección contra la transmisión de Delta. Pero se necesitan más estudios que profundicen en esta opción.

Una serie de datos preliminares publicados por el Ministerio de Salud de Israel señalan que la variante Delta podría disminuir parte de la reducción en la transmisión de la vacuna de Pfizer/BioNTech. El país, uno de los que más rápido ha avanzado en su campaña masiva de vacunación y que comenzó a eliminar importantes restricciones en consecuencia, ha experimentado un preocupante incremento de casos tras la expansión en su territorio de Delta, a pesar de que contar con más del 60% de su población completamente inmunizada. Tomando como referencia el caso de Israel los expertos no dudan en que su situación puede replicarse fácilmente en otros lugares del mundo.

Y es que es necesario recordar que, aunque las vacunas fuesen igual de efectivas en la prevención de las infecciones por Delta como lo son con las otras variantes, Delta cuenta con una capacidad para infectar significativamente mayor que las otras por lo que la transmisión en hogares y entornos cerrados podría aumentar.

¿En qué se traduce la fotografía descrita a lo largo de estas líneas? Supone un duro golpe para los umbrales de inmunidad colectiva fijados por los gobiernos en función de sus poblaciones. En el caso de España, al igual que en el resto de Estados miembros de la Unión de la Europea, este era del 70% de la población totalmente vacunada. Con la expansión de Delta se requieren porcentajes de inmunización más elevados ya que estos se habían establecido atendiendo a la circulación de las variantes anteriores.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído