Todas y cada una de las vacunas contra la COVID-19 que actualmente se inoculan en la Unión Europea han demostrado su eficacia y seguridad. Así ha quedado constatado por las exhaustivas evaluaciones efectuadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), en base a la documentación requerida a los fabricantes recopilada de los ensayos clínicos que han contado con la participación de decenas de miles de voluntarios en todo el mundo.
A pesar de esto los sueros continúan despertando reticencias en parte de la población al considerar que, debido al corto espacio de tiempo en el que han sido desarrollados, no son seguros. Dentro del amplio espectro de dudas que generan, la inmensa mayoría fundamentadas en el desconocimiento y la peligrosa desinformación que circula a la velocidad de la pólvora, nos encontramos con los problemas de fertilidad que las vacunas podrían llegar a causar.
Toda la evidencia científica actual de la que disponemos indica sin dudas que las vacunas contra la COVID-19 no pueden afectar a la capacidad reproductiva de hombres y mujeres. No solo no existe evidencia científica, sino que no se cuenta con ninguna razón teórica que confirme esta relación inexistente.
"No existe un mecanismo biológicamente plausible por el cual las vacunas actuales puedan causar algún impacto en la fertilidad y no se ha reportado evidencia de que las mujeres que han sido vacunadas hayan experimentado algún problema de fertilidad"
Daniel Mataró, médico especialista en Ginecología y Obstetricia y vocal de la Junta de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), explica en Voces Expertas, creado por el Ministerio de Sanidad para aclarar dudas sobre el proceso de vacunación contra la COVID-19, explica que “no existen evidencias de que la vacunación aumente el riesgo de infertilidad”.
Expone que, si los anticuerpos que nuestro organismo genera como respuesta a la vacuna inoculada afectaran de modo alguno a la fertilidad, esta también se vería perjudicada por los anticuerpos desarrollados como respuesta a la infección natural. Algo sobre lo que no existe ninguna evidencia como tampoco la hay de que las vacunas incrementen el riesgo de pérdida durante el primer trimestre, muerte fetal o anomalías congénitas.
Edward Morris, presidente del Royal College of Obstetricians and Gynecologist, explicaba lo siguiente a través de un comunicado: “Queremos asegurar a las mujeres que no hay evidencia que sugiera que las vacunas contra la COVID-19 afectarán a la fertilidad. Estas afirmaciones son especulativas y no están respaldadas por ningún dato. No existe un mecanismo biológicamente plausible por el cual las vacunas actuales puedan causar algún impacto en la fertilidad y no se ha reportado evidencia de que las mujeres que han sido vacunadas hayan experimentado algún problema de fertilidad”.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) manifiestan: “Actualmente no hay evidencia de que alguna vacuna, incluidas las vacunas COVID-19, cause problemas de fertilidad en mujeres o hombres”. “Si está tratando de quedarse embarazada, no necesita evitar el embarazo después de recibir la vacuna contra la COVID-19”.
Una línea idéntica a la manifestada por el sistema de salud público de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés): “No hay evidencia de que las vacunas contra la COVID-19 tengan algún efecto sobre sus probabilidades de quedarse embarazada. No es necesario evitar el embarazo después de recibir la vacuna”.