El 27 de diciembre de 2020 Araceli Hidalgo, residente de 96 años en el geriátrico Los Olmos de Guadalajara, se convertía en la primera vacunada contra la Covid-19 en España. Este primer pinchazo iniciaba el camino de la campaña de vacunación masiva que ha llevado a nuestro país a ser un referente internacional gracias a la veloz y positiva absorción de las vacunas en el conjunto de la población. El rápido desarrollo de vacunas seguras y eficaces frente a la Covid-19 marcó un hito científico que permitió a la humanidad comenzar a recuperar paulatinamente la normalidad perdida a principios de 2020, como consecuencia de la peor crisis sanitaria a la que hemos tenido que hacer frente en, al menos, los últimos 100 años.
Hoy se cumplen dos años del momento en el que España asistía a la inoculación de la primera vacuna contra la Covid-19 y la fotografía que observamos es muy distinta. En la mente de todos permanecen imágenes de los grandes centros de vacunación y las largas colas en hospitales y multitud de espacios habilitados para ser vacunados. Cada dosis administrada suponía un nuevo golpe para el virus. A la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech, primera en recibir la recomendación para su autorización condicional de emergencia por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), le siguieron los sueros de Moderna, AstraZeneca y Janssen.
La cartera de vacunas contra la Covid-19 ha continuado creciendo a lo largo de estos dos años y se han producido sustanciales variaciones en las pautas indicadas de algunos de los sueros atendiendo a la evidencia surgida de forma posterior a su autorización, así como por el mejor o peor desempeño en el mundo real. En la actualidad, son las vacunas desarrollas en base a la tecnología de ARNm, con Pfizer/BioNTech y Moderna a la cabeza, las protagonistas. En este tiempo también se han sumado a la cartera varios tratamientos eficaces y seguros destinados a reducir el riesgo de enfermedad grave y muerte en caso de infección.
Se trata de versiones adaptadas de las vacunas originales que, además de ser eficaces frente a la cepa original del SARS-CoV-2, también lo son contra el linaje de Ómicron BA.1
El escenario epidemiológico en el que nos encontramos está marcado por dos elementos fundamentales. El primero de ellos es que, hasta la fecha, ninguna de las vacunas que se han autorizado y se inoculan son esterilizantes por lo que no evitan la infección. El segundo es el propio coronavirus. Desde la detección de los primeros casos a finales de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan el SARS-CoV-2 ha mutado significativamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado hasta el momento cinco variantes de preocupación, siendo Ómicron (B.1.1.529) y los linajes derivados de esta los dominantes actualmente.
Todas las vacunas autorizadas se han desarrollado en base a la cepa original del coronavirusdescubierta en Wuhan. Las sucesivas mutaciones del virus y variantes han ido reduciendo la protección que estas vacunas confieren por lo que la comunidad científica ha continuado investigando para el desarrollo de las vacunas adaptadas a las variantes en circulación con el objetivo de reforzar la inmunidad.
El 1 de septiembre de 2022 el Comité de Medicamentos Humanos de la EMA (CHMP, por sus siglas en inglés) recomendaba la autorización de dos vacunas contra la Covid-19 adaptadas: Comirnaty Original/Omicron BA.1 y Spikevax Bivalent Original/Omicron BA.1. Se trata de versiones adaptadas de las vacunas originales que, además de ser eficaces frente a la cepa original del SARS-CoV-2, también lo son contra el linaje de Ómicron BA.1. Los sueros se están inoculando en grupos de población vulnerable y de edad avanzada para reforzar su protección ante el virus ya que son los que corren un mayor riesgo en caso de infección.
Ambas vacunas adaptadas recibieron la recomendación de autorización como refuerzo para las pautas primarias de vacunación ya administradas con los sueros anteriores. Una posición que el Grupo de Trabajo de Emergencia (ETF, por sus siglas en inglés) de la EMA modificó el pasado 18 de diciembre indicando que las vacunas bivalentes adaptadas podrían utilizarse también como pauta de vacunación primaria. Una decisión que corresponderá a cada gobierno atendiendo a las necesidades de cada país en materia de vacunación contra la Covid-19.