Un reciente estudio desarrollado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha revelado que, las personas vacunadas contra la Covid-19 presentan no solo menores probabilidades de fallecer en caso de infección por SARS-CoV-2 (recordemos que las vacunas no son esterilizantes), sino que tienen menores posibilidades de morir por cualquier otra causa en los meses siguientes a la inmunización. Los autores del estudio indican que es extensible a todas las vacunas que actualmente se están inoculando en todo el mundo.
En una cohorte de 6,4 millones de vacunados contra la Covid-19 y 4,6 millones de personas que no habían sido inmunizadas, con características demográficas similares entre ambos grupos, los receptores de los sueros desarrollados por Pfizer/BioNTech, Moderna o Janssen tenían un riesgo de mortalidad más bajo que el grupo de no vacunados empleado para la comparativa. “No existe un mayor riesgo de mortalidad entre los receptores de las vacunas contra la Covid-19. Este hallazgo refuerza el perfil de seguridad de las vacunas actualmente aprobadas en Estados Unidos”, explican los CDC.
El menor riesgo de mortalidad tras la vacunación sugiere efectos sustanciales sobre la salud de las vacunas, es decir, los inmunizados tienden a ser más saludables que las personas que no se vacunan. Una hipótesis sobre la que los investigadores han destacado que será necesario ahondar en el futuro.
“Las personas vacunadas contra la Covid-19 tenían tasas de mortalidad más bajas que las que no estaban vacunadas, incluso cuando se excluyeron las muertes por Covid-19”, declara Stanley Xu, investigador del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente Southern California.
“Las personas vacunadas contra la Covid-19 tenían tasas de mortalidad más bajas que las que no estaban vacunadas, incluso cuando se excluyeron las muertes por Covid-19”
Uno de los aspectos destacados de la investigación es que las tasas de mortalidad entre los receptores de la vacuna de Janssen no fueron tan bajas como las reportadas entre los inmunizados con los sueros desarrollados en base a tecnología de ARNm. “Este hallazgo podría deberse a diferencias en los factores de riesgo, como el estado de la salud subyacente y los comportamientos de riesgo entre los receptores de ARNm y vacunas de Janssen, que también podrían estar asociados con el riesgo de mortalidad”, añade el documento publicado por los CDC sobre el estudio.
Entre las personas con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, el riesgo de mortalidad no difirió entre los inmunizados con la vacuna de Pfizer/BioNTech y los no vacunados. Solo se produjeron 12 fallecimientos dentro de este grupo de edad durante el periodo de estudio. Los autores destacan que el grupo de no vacunados podría ser más similar al grupo vacunado en factores de riesgo que los adultos vacunados y no vacunados. Los análisis estratificados por edad, sexo, raza y etnia mostraron que los adultos vacunados tenían una mortalidad más baja que los adultos no vacunados en todos los subgrupos.
Los responsables de la investigación exponen una serie de limitaciones en el estudio. En primer lugar, se trata de un estudio observacional y los factores de confusión a nivel individual que no se ajustaron han podido interferir en el riesgo de mortalidad. La segunda limitación responde al hecho de que se encontraron efectos saludables en las vacunas en todos menos en los grupos de edad más jóvenes. Se han excluido además las muertes asociadas a la Covid-19, sin evaluar la causa de la muerte.
A pesar de estas limitaciones el estudio tiene varios puntos fuertes que refuerzan sus hallazgos como es el tamaño de la muestra analizada durante un periodo de siete meses. “Los CDC recomiendan que todas las personas de 12 años en adelante deben recibir una vacuna contra la Covid-19. Este estudio ha encontrado tasas más bajas de mortalidad no Covid-19 entre las personas vacunadas en comparación con los no vacunados en un gran número de personas. No existe mayor riesgo de mortalidad entre los receptores de las vacunas lo que refuerza su perfil de seguridad”, concluye el informe de los CDC.