Hasta la fecha, todas y cada una de las vacunas desarrolladas contra la Covid-19 que han sido autorizadas para su comercialización de emergencia por parte de los organismos reguladores pertinentes, han demostrado su seguridad y eficacia en la prevención de la enfermedad grave y, por ende, han contribuido significativamente en la reducción de las hospitalizaciones, ingresos en UCI y muerte. El problema es que ninguno de estos sueros es esterilizante, es decir, no evitan la infección por SARS-CoV-2. Más de un año después del inicio de las campañas de vacunación masiva contra la Covid-19 y teniendo en cuenta lo expuesto, la pregunta que planteamos a continuación es más que necesaria: ¿están jugando las vacunas contra la Covid-19 un papel decisivo en la prevención de la transmisión del virus?
Lo cierto es que la mayoría de estudios que se han realizado sobre la materia hasta la fecha, en su mayoría publicados de forma pre-impresa y a la espera de ser revisados por pares, coinciden en el punto de partida con el que abríamos estas líneas: las vacunas son buenas en la progresión de la enfermedad hacia una mayor gravedad, pero su papel en términos de transmisión del virus no es tan importante, en opinión de Linda Bauld, profesora de Salud Pública en la Universidad de Edimburgo, consultada por The British Medicine Journal.
De acuerdo con el primer informe del mes de enero de 2022 elaborado por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés), se muestra una opinión más favorable aunque no exponen de forma clara y directa que las vacunas actuales contra la Covid-19 han logrado reducir el número de nuevas infecciones. “Varios estudios han proporcionado evidencia de que las vacunas son efectivas para prevenir infecciones (…) Las personas no infectadas pueden transmitir; por lo tanto, las vacunas también son efectivas para prevenir la transmisión”, expone el referido documento.
La referida cabecera recoge los resultados de un estudio centrado en el análisis de la transmisión de la Covid-19 dentro de los hogares británicos mediante el análisis de datos procedentes de los primeros meses del 2021. De acuerdo con esta investigación, una sola dosis de la vacuna contra la Covid-19 redujo la probabilidad de transmisión en el hogar entre un 40-50%. Un resultado que respalda otro estudio realizado en Escocia focalizado en analizar la transmisión del virus en hogares escoceses de trabajadores de la salud entre diciembre de 2020 y marzo de 2021.
Una sola dosis de la vacuna contra la Covid-19 redujo la probabilidad de transmisión en el hogar entre un 40-50%
Un trabajo posterior desarrollado en Reino Unido en el periodo de dominancia de la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India), demostró que las vacunas tenían un efecto menos importante en la reducción de la transmisión, pero seguían siendo efectivas.
Diversos estudios ponen el foco en el hecho de que la vacunación, al reducir el riesgo de desarrollo de enfermedad sintomática, se traduzca en que las personas infectadas cuenten con una menor carga viral lo que reduciría las posibilidades de transmisión. En este sentido destaca una investigación publicada por The Lancet basada en el análisis de la transmisión en hospitales británicos que reporta “sólidas evidencias” de que “las vacunas previenen de manera efectiva las infecciones tanto sintomáticas como asintomáticas, por lo que reducen la transmisión entre la población”.
En este sentido una investigación publicada en Science, focalizada en la estimación de la capacidad infectiva durante el curso de la infección por SARS-CoV-2, argumente que la capacidad infectiva de una persona con Covid-19 depende en gran medida de su carga viral: cuanto mayor sea esta, más elevado será el riesgo de contagio. Los autores del trabajo exponen que las personas vacunadas contra la Covid-19 son capaces de eliminar el virus del organismo de forma más rápida lo que se traduce en un descenso de la carga vírica en un menor espacio de tiempo.
Otra investigación, esta vez desarrollada por la Fundación Pasteur (Francia) analizó cómo la vacunación parcial contra la Covid-19 entre los franceses estaba modificando la epidemiología del SARS-CoV-2. La conclusión que esgrimen es que la vacunación reduce hasta en un 95% el riesgo de hospitalización por Covid-19, y el riesgo de transmisión en caso de que una persona vacunada se infecte se reduciría en un 50%. Los responsables del estudio argumentan que las personas no vacunadas “contribuyen desproporcionadamente” a la transmisión.
El estudio denominado “Eficacia de la vacuna contra la transmisión y las infecciones por SARS-CoV-2 en el hogar y otros contactos cercanos de casos confirmados en Países Bajos”, revela que las vacunas contra la Covid-19 no solo ofrecen protección a las personas a las que se les inoculan, sino que tienen un efecto protector frente a la transmisión en los contactos cercanos una vez se ha completado la pauta.
Los resultados de este trabajo refuerzan la importancia de la vacunación completa de los contactos cercanos de personas vulnerables a la Covid-19, ya que las conclusiones apuntan a una reducción de hasta el 70% de la transmisión del SARS-CoV-2.