La pandemia de COVID-19 sorprende por la baja incidencia de casos graves en niños y jóvenes y por la gran diferencia con la que se ha desarrollado en distintos países.
En un trabajo realizado por un investigador de la Universidad Complutense (UCM) se ha identificado computacionalmente la existencia de una extensa inmunidad cruzada entre el virus SARS-CoV-2 y antígenos presentes en la vacuna triple bacteriana DTP (Difteria, Tétanos y Tos ferina).
Esta inmunidad cruzada permitiría activar respuestas protectoras frente SARS-CoV-2 mediadas por linfocitos T CD8 y CD4 y por linfocitos B, en individuos vacunados.
El inmunólogo Pedro Reche concluye que la vacuna para la difteria, tétanos y tosferina (DTP) puede ser la responsable de dicha protección frente a la Covid-19
Este estudio de la Universidad Complutense de Madrid que publica la revista Frontiers in Immunology firmado por el inmunólogo Pedro Reche ha evaluado la posible inmunidad cruzada inducida por las vacunas pediátricas frente a SARS-CoV-2, concluyendo que la vacuna para la difteria, tétanos y tosferina (DTP) puede ser la responsable de dicha protección.
La DTP se aplica mundialmente durante el primer año de vida (3 a 4 dosis) con un refuerzo a los 4-6 años y una dosis de baja carga antigénica a los 9-14 años pudiendo inducir una fuerte memoria inmunitaria con reactividad cruzada frente al virus. Dicha inmunidad seguramente decae con el tiempo correlacionándose con la severidad con la que se muestra el COVID-19 conforme aumenta la edad de los pacientes, alcanzando su máximo en la población geriátrica.
Por ello, sería recomendable considerar el uso de esta vacuna o alguno de sus derivados de menor carga antigénica en la población general y así potenciar la respuesta inmunitaria frente a SARS-CoV-2. A pesar de que la DTP se administra globalmente existen diferentes versiones (celular vs acelular). El estudio muestra una mayor incidencia de la severidad del COVID-19 en los países, incluyendo el nuestro, donde se administra la DTP acelular.