Tras la aprobación por parte de la Comisión de Salud Pública, el próximo 15 de diciembre arrancará la vacunación de la COVID-19 en los niños comprendidos entre los cinco y los 11 años, grupo poblacional que presenta una mayor incidencia del SARS-CoV-2.
En su conjunto, serán 3,2 millones de pequeños los que podrán vacunarse. Según la comunidad autónoma en la que residan, las inoculaciones tendrán lugar en los colegios, hospitales, centros de salud o en los vacunódromos habilitados para hacer frente a la crisis sanitaria.
"Entre las notificaciones más comunes se encuentra el dolor en el punto de la inyección, hinchazón del brazo, sensación de fatiga, cefalea, dolor artícular o muscular, fiebre, náuseas o pérdida del apetito"
El espejo en el que se mira Europa para ver cómo evoluciona la vacunación infantil es Estados Unidos. El país que preside Joe Biden empezó hace un mes a administrar el preparado de Pfizer a este colectivo, toda vez que la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) diese luz verde a la puesta en marcha de este programa.
Llegados a este punto, surgen preguntas sobre los posibles efectos secundarios en población pediátrica. El doctor Manuel Fornals, especialista del área, se remite a las notificaciones del organismo regulador americano y precisa que son "similares" a los que experimenta la población adulta.
No se observaron casos de miocarditis durante los ensayos clínicos en niños de cinco a 11 años
"Entre las notificaciones más comunes se encuentra el dolor en el punto de la inyección, hinchazón del brazo, sensación de fatiga, cefalea, dolor artícular o muscular, fiebre, náuseas o pérdida del apetito", comenta el especialista en Pediatría. Así, los efectos ocurren en las primeras 48 horas, presentan un cuadro clínico leve o moderado y remiten pronto.
Un aspecto significativo fueron los casos de miocarditis registrados en Estados Unidos. La FDA, explica el galeno, concluyó que el riesgo, tras recibir la segunda dosis, fue de 54 casos por cada millón de dosis en varones de 12 a 17 años. No obstante, durante todo el proceso de ensayos clínicos, no se observaron episodios en niños de cinco a 11 años.