La vacuna contra la Covid-19 desarrollada por AstraZeneca ha demostrado una eficacia del 74% en la prevención de la enfermedad sintomática. Una cifra que se eleva hasta el 83,5% en el caso de las personas con 65 años o más, de acuerdo a los datos hechos públicos por la farmacéutica británica derivados del esperado ensayo clínico.
La eficacia general del suero revelada ahora es menor que la cifra provisional ofrecida del 79% el pasado mes de marzo. Un resultado que AstraZeneca revisó días después tras la polémica generada con los reguladores y autoridades sanitarias que señalaban que la eficacia hecha pública “se basaba en información desactualizada”.
Los datos proceden del ensayo clínico desarrollado con una muestra de más de 26.000 voluntarios en Estados Unidos, Chile y Perú, que recibieron dos dosis de la vacuna con un intervalo de tiempo aproximado de un mes. Los resultados han sido publicados por la revista New England Journal of Medicine.
No se han identificado casos de Covid-19 sintomáticos graves o críticos entre los más de de 17.600 participantes a los que se les administró la vacuna, en comparación con los ocho casos de este tipo registrados entre los más de 8.500 voluntarios que recibieron placebo
No se han identificado casos de Covid-19 sintomáticos graves o críticos entre los más de de 17.600 participantes a los que se les administró la vacuna, en comparación con los ocho casos de este tipo registrados entre los más de 8.500 voluntarios que recibieron placebo. Se produjeron dos muertes en este último grupo, pero ninguna en el grupo que fue inmunizado.
“Me ha sorprendido gratamente”, declara en Reuters la doctora Anna Durbin, investigadora de vacunas de la Universidad Johns Hopkins, y una de las investigadoras responsables del estudio. “La vacuna es buena protectora contra las enfermedades graves y la hospitalización”.
No se han identificado efectos secundarios relacionados con problemas de coagulación como los eventos adversos raros de trombosis con trombocitopenia relacionados en el pasado con la vacuna.
AstraZeneca informaba a finales del pasado mes de julio que estudiaba la posibilidad de solicitar la aprobación total a la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para no contar únicamente con la autorización comercial de emergencia. Su presidente ejecutivo, Pascal Soriot, declaró en una conferencia de prensa en ese momento que esperaba que la vacuna pudiese desempeñar un papel fundamental en Estados Unidos, a pesar de que el proceso se había demorado más de lo esperado.
La farmacéutica se encuentra explorando la posibilidad de administrar dosis de refuerzo en personas que hayan completado la pauta de inmunización tanto con su propio suero como en combinación como con vacunas desarrolladas con tecnología de ARNm como las de Pfizer/BioNTech o Moderna.