La gestión de la pandemia que está llevando a cabo Estados Unidos está caracterizada por la crítica constante. Su presidente, Donald Trump, se encuentra al frente del país con el mayor número de contagiados y fallecidos a nivel mundial por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y, a pesar de este escenario, sus decisiones para frenar la pandemia distan mucho de las adoptadas por la gran mayoría de países.
Desde el inicio de la crisis Trump ha centrado sus esfuerzos en buscar culpables a la situación en vez de ser crítico con la situación actual dentro de sus fronteras. China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han erigido como sus principales blancos y, en un nuevo intento de su Gobierno por culpabilizar de la pandemia a las autoridades chinas ha decidido utilizar como ejemplo a España
Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos ha señalado al Ejecutivo de Pedro Sánchez. En su opinión, España ha actuado mal al confiar en China para adquirir materiales para hacer frente a la pandemia tras las polémicas generadas por la compra de materiales defectuosos.
Pompeo considera que España ha cometido un gran error al no revisar la calidad de los materiales adquiridos al no asegurarse que contaban con todas las garantías. Motivo por el que Estados Unidos refuerza su convicción de falta de transparencia por parte de China desde el inicio de la pandemia. Pompeo ha sido claro: su país no negocia con China porque necesitan socios fiables.
Ha indicado que otras naciones están comenzando a ser conscientes de los riesgos que implican las relaciones comerciales con el país asiático. Pompeo ha recalcado que no están buscando “culpas” ya que su objetivo es “salvar vidas de estadounidenses”.
En el comunicado emitido por la Casa Blanca se citan además las compras fallidas a China por parte de otros países como República Checa, valorando la decisión adoptada por parte de Francia de condenar la mala praxis del país asiático.